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Ramón Gómez de la Serna es uno de esos genios indiscutibles de la historia de la literatura, y que lo demostró en el aspecto en que quizás sea donde más claramente se distingue si alguien es un genio o no: el humor. Además, el humor (sobre todo el inteligente), es una de las cosas que más tenemos que agradecer, porque es verdad lo que dicen los japoneses, que "el tiempo que uno pasa riendo es tiempo que pasa con los dioses". La risa y la sonrisa tienen incluso propiedades terapéuticas, y todos sabemos cuánto bien nos hace reír o sonreír. Así que cómo no estar agradecidos a quien dedica su genio a ello.
Gómez de la Serna es el "Ramón" por antonomasia de nuestra literatura. Es el vanguardista literario español más importante e influyente, pero fue tan vanguardista y tan original que no sólo se alejó de la tradición anterior, como hicieron todos los ismos, sino que también se alejó del resto de los movimientos de Vanguardia, de modo que ninguno tiene el honor de poder contarlo entre sus representantes.
Su creación más conocida y reconocida es un género completamente nuevo y completamente lúdico, la Greguería, que él definió como "metáfora+humor". Son frases en las que se hace alguna asociación ingeniosa ideas, es decir, metáforas (o, en ocasiones, comparaciones) en las que se relacionan un término real y un término imaginario bastante alejados entre sí, y cuya asociación resulta sorprendente y muy frecuentemente, graciosa. Insisto en la novedad y el carácter puramente lúdico del invento: las greguerías no pretenden nada serio ni buscan ninguna trascendencia; simplemente son una forma de "jugar" con el lenguaje y el ingenio, y ofrecernos así una nueva visión de la realidad. Vanguardia pura, por tanto. Pero el lector siempre pasa un buen rato con ellas.
Cada greguería implica una visión particular de las cosas y una relación a veces insólita entre ellas. Surgen de ver parecidos o de asociaciones personales que pueden ser simplemente ocurrentes, o que pueden, algunas veces, encerrar algo más.
Así que vosotros vais a sacar el ingenio de donde lo tengáis guardado (porque lo tenéis, eso seguro... quizás desentrenado, pero lo tenéis), y vais a escribir como mínimo, cinco greguerías. El que quiera (o pueda) hacer más, muchísimo mejor, por supuesto. Mirad a vuestro alrededor... pensad... y dejad que una cosa os recuerde a otra con toda la libertad y toda la imaginación que seáis capaces de usar.
Y no, no os estoy pidiendo nada del otro mundo, porque se pueden hacer greguerías sobre prácticamente cualquier cosa. Y para comprobarlo, nada mejor que unos ejemplos del maestro. Ahí van unas cuantas gregerías sobre...
...los animales:
El cocodrilo es un zapato desclavado.
La pulga hace guitarrista al perro.
El gato hace vida de jubilado desde que nace.
Los mejilllones son las almejas de luto.
El pez está siempre de perfil.
El camello tiene cara de cordero jorobado.
Parece que las vachas chupan y rechupan constantemente un gran caramelo.
Los perros nos enseñan la lengua como si nos hubiesen tomado por el doctor.
El águila lleva unos pantalones que le van cortos.
Los pingúinos son unos niños que se han escapado de la mesa con el babero puesto y manchados de huevo.
La leona es un león que hubiese ido a la peluquería.
Las vacas escriben con el tintero de sus ojos el poema de la resignación.
El perro asomado a la ventanilla del coche parece que va saludando a los amigos.
Al rinoceronte le han salido colmillos por donde no debían de haberle salido.
La cebra es el animal que luce por fuera su radiografía interior.
La jirafa es un caballo alargado por la curiosidad.
Hay tanta gente alrededor de la jaula de los monos, que parece que dan conferencias.
Explicación:
corona