Respuestas
Respuesta:
El brote global tiene el potencial de devastar Estados frágiles, provocar disturbios generalizados y poner a prueba los sistemas internacionales de gestión de crisis de manera severa. Sus implicaciones son especialmente graves para aquellos atrapados en medio del conflicto, ya que es probable que la enfermedad dificulte los flujos de ayuda humanitaria, limite las operaciones de paz y posponga o distraiga a las partes en conflicto sobre la continuidad de esfuerzos diplomáticos actuales o el nacimiento de otros nuevos. Líderes inescrupulosos pueden sacar provecho de la pandemia para avanzar en sus objetivos exacerbando las crisis domésticas o internacionales (al tomar medidas contra disidencias internas o intensificando conflictos con Estados rivales), asumiendo que nadie lo notará mientras el mundo se ocupa de otros temas. El COVID-19 ha alimentado la fricción geopolítica, con EE. UU. culpando a China por la enfermedad, mientras que Beijing intenta ganar amigos ofreciendo ayuda a los países afectados, exacerbando así las tensiones existentes entre las grandes potencias y complicando la cooperación en el manejo de la crisis
Explicación: