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Respuesta:
A continuación, daremos respuesta a la siguiente inquietud: Después de la aplicación de los nuevos marcos contables, ¿se continúa haciendo distinción entre actividades operacionales y no operacionales al elaborar el estado de resultados?
Para resolver esta pregunta se requiere precisar que antes de la implementación de los Estándares Internacionales existía una clasificación de los ingresos para efectos del reporte de estado de resultados: ingresos operacionales y no operacionales. Los primeros se referían a aquellos ingresos que surgían por el desarrollo del objeto social de la empresa, la cual podía sustentarse en una o varias actividades. Por otra parte, los ingresos no operacionales hacían referencia a los ingresos que no correspondían al objeto social de la entidad, es decir, los ingresos que no provenían del giro ordinario de los negocios.
Ahora, si bien los Estándares Internacionales no se refieren a los términos de ingresos operacionales e ingresos no operacionales tal y como los conocemos, sí hacen referencia a la clasificación de los ingresos, los cuales se presentan como ingresos de actividades ordinarias y ganancias.
Por su parte, los ingresos de actividades ordinarias surgen por el desarrollo de: venta de bienes, prestación de servicios, intereses, entre otros, afines con el giro ordinario de los negocios de la entidad (independiente de que estén relacionados en la escritura pública como parte del objeto social), es decir, son los ingresos que la entidad obtiene de forma repetitiva y que son importantes en la operación de esta. Por su parte, las ganancias vendrían a ser los demás ingresos que no cumplan la definición de ingresos por actividades ordinarias, a saber, los ingresos repentinos que no hacen parte del desarrollo de la operación de la entidad y los cuales no son comparables con la información de otros períodos. De acuerdo con esto, algunos ingresos no operacionales pueden estar en la categoría de ingresos por actividades ordinarias.