Respuestas
Explicación:
no lo se yo no soy colombiana :)
Respuesta:
alimentos en Colombia, para atender las necesidades de la población
infantil y de las madres lactantes,
tienen que convertirse en el asunto
de mayor interés para el Estado,
por encima de cualquier otro gasto
o inversión públicos. De lo contrario
el futuro de la Nación será estrecho
y subalterno. Los colombianos del
siglo XXI ya empezaron a nacer y su
desempeño, en la tremenda competencia intelectual que les espera
dentro de la sociedad de información,
dependerá fundamentalmente del
desarrollo normal de su cerebro y por
lo mismo de su adecuada nutrición.
El segundo privilegio en nuestra
sociedad es el de la salud. Está
reservado a quienes gozan de condiciones ambientales sanas porque
al menos tienen agua potable y a
quienes pueden recibir atención
médica adecuada porque están inscritos en los servicios de seguridad
social o pueden pagar la medicina
privada. Cerca de la mitad de los
municipios del país carece de agua
potable; ésta es la principal causa
de las enfermedades parasitarias y
gastrointestinales que diezman a la
población infantil. Naturalmente el
problema se localiza, en las clases
populares y, en los sectores campesinos desprovistos de este elemental
servicio público. En cuanto a la
cobertura de los servicios de salud
es suficiente acercarse a cualquiera de los servicios seccionales para
verificar la mediocridad del sistema
nacional de salud.
El tercer privilegio es el del acceso al conocimiento que, a pesar
de los progresos en la democratización educativa logrados en los
últimos lustros, sigue reservado a
las minorías y constituye otro factor
de discriminación entre los colombianos, lo cual acentúa la riqueza
de unos pocos y la pobreza de la
mayoría. La escolaridad promedio
de la población nacional apenas
supera los cuatro años de estudio,
un índice muy modesto pues ya es
evidente, en el mundo que ningún ser
humano puede adaptarse fácilmente
a las realidades de nuestra época
si no tiene al menos nueve años de
educación básica. El privilegio se
agudiza al comparar las oportunidades de la educación rural con las de
la zona urbana pues un campesino
promedio no alcanza a realizar un
año y medio de estudio. Colombia
tiene que conseguir una organización social en la que se asegure la
meta de nueve años de educación
básica, gratuita y obligatoria para
todos sus habitantes. Mientras ello
no sea posible, nuestra sociedad será
desigual, discriminatoria e injusta.
El cuarto privilegio que presenta
nuestra nación es el de lograr empleo, un trabajo que permita una
vida decorosa, especialmente si se
trata de una persona menor de 25
años de edad. Casi se puede decir
que la mitad de los jóvenes de esa
edad o están totalmente desocupados o se hallan subempleados. Nos
espera, en el primer quinquenio de
los años ochenta, un período especialmente difícil desde el punto de
vista del desempleo de los jóvenes;
sin embargo, en ninguna parte se
aprecia la más leve preocupación gubernamental por el problema. Ahora
sí que será un verdadero privilegio
entre la juventud colombiana tener
posibilidad de trabajar al llegar a los
LOS PRIVILEGIOS DE COLOMBIA 39
16 años o al salir de las aulas, y ello
sucede en un país que cuenta con
importantes ventajas económicas
comparativas en relación con el resto
de América Latina por su potencial
agropecuario y su extraordinaria
canasta de recursos energéticos.
Un privilegio concomitante es el de
estar sindicalizado y contar con la
protección efectiva de la legislación
laboral.
Explicación: