Respuestas
Respuesta:
Explicación:
En nuestra serie en Efesios nos estamos encontrando con otra de las grandes relaciones de la vida, la de los padres y los hijos. Es bastante obvio que en nuestro mundo presente algo está drásticamente mal en esta relación. Son unos días en que la delincuencia y el crimen juvenil están elevándose a niveles nunca conocidos antes. Un policía concienzudo, no hace mucho tiempo, me contó lo roto que tenía el corazón al encontrar que algunos de los crímenes más brutales en su área estaban siendo cometidos por niños ―¡no jóvenes, sino niños!― niños de diez años, o incluso de ocho, y esto se está volviendo más frecuente.
Todos hemos oído de los disturbios juveniles y brotes de violencia que son un suceso diario en nuestra nación estos días. La revolución, la revuelta y la rebelión parecen haberse convertido en un símbolo de la juventud en nuestro tiempo. Incluso en la China comunista, los disturbios juveniles están ahora ardiendo en las calles. Una señora me dijo esta semana que había cobrado un giro bancario por cincuenta dólares en Correos en Redwood City y estaba andando a casa en pleno día con el dinero en su bolso, cuando, a unas pocas puertas de su casa, un hombre joven se acercó corriendo, agarró su bolso y huyó calle abajo. Estas cosas están ocurriendo en todas partes.
Quizás la cosa más inquietante de todo este asunto del crimen y la delincuencia juvenil es la indiferencia o la impotencia de los padres. En todas partes los padres se están retorciendo las manos y llorando lastimeramente: “No puedo hacer nada con él (o ella)”. Parece haber una desesperación lamentable por parte de los padres en cuanto a hacer algo sobre esta situación. Buscan que la policía y otras instituciones de la ley tomen la responsabilidad de criar a sus hijos. Hay una descomposición total, aparentemente en todas partes, en esta gran relación entre padres e hijos.
Respuesta:
NOS DEJA RECOMENDACIONES ,ES
Explicación: