• Asignatura: Física
  • Autor: mariarosadebaezferna
  • hace 6 años

Cómo se inicia el texto del Jaguarete burlado ​

Respuestas

Respuesta dada por: leonsuarezmariaferna
0

Respuesta:

Explicación:

Respuesta:

Respuesta:

-Soy el más fuerte y el más inteligente entre los animales -decía vana-gloriosamente el yaguareté [1].

-No hay quien me iguale en astucia, ni cuya fuerza y resistencia puedan compararse con las mías. Soy el monarca de la selva, y no en balde todos los seres me temen.

Una cigarra (ñakyra) que, desde su asiento en una rama, observaba al yaguareté, y que había interrumpido su agudo silbido para escuchar sus jactanciosas palabras, díjole maliciosamente:

-Quizás seas el más fuerte entre los animales, por más que el herma­no Mboreví (tapir) afirme lo contrario; pero, en cuanto inteligencia y resisten­cia a la fatiga, hay muchos que te igualan y algunos que te sobrepasan.

-¡Insignificante insecto! -rugió enfurecido, el yaguareté; deberás pro­bar la veracidad de tus palabras o haré que te destierren para siempre de la selva.

-Conforme -respondió la cigarra-; yo misma soy más resistente que tú, y te lo probaré si estás conforme en que nos sometamos a una prueba durante el tiempo necesario. El que se duerma primero o se deje vencer por el hambre o la sed, será el menos resistente. Luego, si quieres, te demostraré que soy el más inteligente. Aquí están los hermanos Ká i Mirikina (monito) y Aka'e (urraca) quienes nos podrán servir de testigos.

Aceptó el yaguareté el desafío y comenzó la prueba de resistencia, debiéndose turnar el mono y la urraca como observadores y testigos.

Después de largas horas de vigilia, la cigarra, aprovechando un momen­to en que el jaguar se esforzaba por librarse de un enjambre de moscas que lo volvían loco, se escurrió del caparazón que, como es sabido, lo cambia periódicamente.

Dejándolo colgado de su asiento en la rama, ella se retiró sigilosamente a refrescarse con el jugo de un jugoso pakuri cercano. Luego volvió con la misma cautela y precaución, se escondió detrás de su propia piel y se echó a dormir la siesta.

Transcurría el tiempo; el yaguareté se moría de hambre y de sed; pero su rival, o mejor dicho, el carapacho vacío de su rival, continuaba mirándole imperturbable sin pestañear siquiera, ni demostrar el menor indicio de debilidad o de fatiga.

Por fin, el yaguareté se dio por vencido, y desapareció furtivamente en la maleza.

Desde aquel entonces, el yaguareté jamás se atreve a mostrarse a la luz del día por temor a las burlas del mono y de la urraca, quienes, si se atreve a asomar el hocico, llenan la selva con sus estridentes gritos. Es por eso que se convirtió en animal noctámbulo, permaneciendo bien oculto en la maleza hasta desaparecer el sol.

Preguntas similares