El chicle tarda 5 años en descomponerse, una lata de gaseosa o cerveza 10 años, un vaso desechable 1.000 años y una botella de plástico entre 100 a 1.000 años, el tetra-brik 30 años y las bolsas de plástico 150 años. La naturaleza suele entablar una "batalla" dura contra todos esos elementos y por lo general pierde. ¿De qué manera están afectando tus hábitos de consumo la calidad de vida de las especies que se encuentran en los diferentes biomas?
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DE MANERA QUE HAY MAS CONTAMINACIÓN Y BASURA QUE EN DONDE TERMINA ES EN LOS MARES DÓNDE MUEREN MILLONES DE ANIMALES ACUÁTICOS
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La diversidad genética (biodiversidad) es trascendental para el desarrollo de todas las especies y de ella dependemos los seres humanos en nuestra vida cotidiana. “De manera indirecta, los cambios en los servicios de los ecosistemas afectan a los medios de ganarse el sustento, los ingresos y la migración local, y en ocasiones pueden incluso causar conflictos sociales”, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
González-Zorn señala que la biodiversidad “es sabia para preservar la salud humana y trascendental por muchos motivos. Cuando disminuye la biodiversidad, la esperanza de vida del ser humano disminuye no solo desde el punto de vista ecológico, sino también del de recursos, incluso para poder tener especies que estén adaptadas a un nicho ecológico. Por ejemplo, necesitamos tener animales -como las vacas- que estén adaptados a diferentes tipos de clima. La biodiversidad es trascendental en todos los sentidos”.
La OMS señala que, además, “la diversidad biofísica de microorganismos, flora y fauna ofrece amplios conocimientos que entrañan beneficios importantes para la biología, las ciencias de la salud y la farmacología”.
“En la naturaleza necesitamos tener mucha biodiversidad para encontrar nuevos antibióticos, nuevas moléculas que nos ayuden para luchar contra las enfermedades, por ejemplo. En definitiva, que la necesitamos también desde el punto de vista de utilidad”, indica González-Zorn.
Dos son las formas de desarrollar nuevas medicinas, según el profesor “una es la sintética, independiente del medioambiente, y la otra mediante la utilización o combinación de elementos naturales para la que la biodiversidad resulta trascendental”.
La pérdida de biodiversidad se convierte para la medicina en un reto constante.El científico se lamenta que “por un uso abusivo, uno de los retos que tenemos es el que nos plantea la resistencia a los antibióticos. El presidente de Estados Unidos Barack Obama ha lanzado una campaña denominada “20 nuevos antibióticos para el 2020”, porque se han dado cuenta de que, luchar contra la resistencia de los antibióticos a las enfermedades, es una necesidad primordial”.
En la destrucción del medioambiente el ser humano es uno de los mayores responsables. Pero, según explica González-Zorn, a pesar de que esta acción agresiva es causa del aumento de las enfermedades infecciosas, "no es responsabilidad del hombre la existencia de las enfermedades, porque los microorganismos patógenos tienden a desarrollarse y conquistar nuevos espacios ecológicos en nuevas especies y nuevos ecosistemas".
"Cuando se habla de biodiversidad, no se deben excluir los microorganismos que producen enfermedades. Bacterias, virus y hongos van a intentar sobrevivir en cualquier medioambiente, aunque no esté el hombre. Es decir, los humanos no somos creadores de enfermedades, la enfermedad es inherente a la vida”, concluye Bruno González-Zorn
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