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2. Respira hondo
El control de la respiración es indispensable para mantener la calma. Cuando estamos bajo presión, con un alto nivel de estrés, respiramos más superficialmente ya que el cuerpo está preparado para el ataque o la huida.
Concéntrate en la respiración e intenta que sea más profunda y más calmada. Haz una inspiración profunda, aguanta el aire unos 5 segundos y expúlsalo lentamente. Repítelo tantas veces como sea necesario y verás cómo las señales de tensión de tu cuerpo se van reduciendo.
3. Concéntrate en otra cosa
Ante las situaciones complicadas, muchas veces nos encontramos con que no podemos parar de pensar continuamente en ello, e intentamos evitarlo, pero cuanto más lo evitamos, más nos viene a la mente. ¡No pienses en un elefante rosa! Y aparece como por arte de magia en tu cerebro. Intentar no pensar en algo es pensar en ello.
Así que no intentes no pensar en el problema, simplemente, concéntrate en otra cosa. Visualiza un paisaje en tu mente, escucha música, mira por la ventana, conéctate a internet y mira vídeos de gatitos o coge un buen libro de esos que enganchan y lee.
4. Muévete
Psicólogos onlineActivar tu cuerpo físicamente hará que toda la energía y la tensión que has detectado en tu cuerpo se concentre en una actividad productiva.
Salta, baila, practica golpes de boxeo (contra un objeto no animado, por favor), corre, haz natación o simplemente sal a caminar. La actividad física calma la ansiedad y relaja el cuerpo y la mente.
5. Mastica un chicle
Para muchas personas comer es una solución para rebajar los niveles de estrés o de nervios. Como no queremos solucionar un problema y crearnos otro (depende de lo que comas puedes acabar con tu dieta en un momento), lo más recomendable es mascar un chicle sin azúcar.
Para que funcione mejor debes hacerlo de forma consciente, haz mordidas lentas, saboreando el gusto del chicle y notando cómo este se mueve por tu boca. Con este ejercicio, además, estarás focalizando tu atención fuera del problema.
6. Juega
Seguro que hay algún juego que te gusta: un solitario de cartas (real o virtual), un videojuego que te permita tener la mente en blanco (a mí me funciona muy bien el mítico Tetris), un juego de grupo en el que tengas que correr (aunque parezca un juego de niños, el pilla-pilla es un juego muy divertido que te hace estar activo y reír al mismo tiempo)…
Da igual el juego que elijas, pero juega. Jugar nos conecta con nuestra infancia y nos relaja porque es un momento en el que nos dedicamos a nuestro disfrute y placer y conseguimos olvidarnos de lo que nos ocupa durante un rato, al menos.
7. Utiliza el sentido del humor
Siempre. El sentido del humor es básico para llevar una vida plena, feliz y divertida. Pero en las situaciones complicadas todavía más, intentar sacarle el punto humorístico puede hacer que se relajen las tensiones. No es fácil, pero se puede conseguir.
Por ejemplo: piensa qué pasaría si hubiera una cámara grabándote y fueras el protagonista de una serie de humor. Todo esto que te está pasando ahora formaría parte de un guión humorístico, seguro que serás capaz d
Explicación:
espero te sirva