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Explicación:
El origen de nuestra especie ha sido motivo de debate a lo largo de la historia de la humanidad, teniendo inicialmente explicaciones míticas o mágico-religiosas de acuerdo a las diversas tendencias culturales que existen, en lo que se ha denominado como el creacionismo: la teoría de que los seres humanos somos obra de un Dios o una voluntad sobrenatural o sagrada que nos otorgó el don de la inteligencia y con la que estamos, por ende, en deuda. Es la postura aún sostenida por numerosos colectivos religiosos, que prefieren interpretar al pie de la letra el contenido de sus textos sacros, como La Biblia.
Sin embargo, a raíz del surgimiento de las ciencias y del discurso racionalista, se fueron acordando más y más posibles explicaciones de índole científica, hasta llegar a la Teoría de la Evolución de Lamarck en el siglo XIX, el primer intento de explicación del origen de la vida a través de la transmisión de caracteres adquiridos, es decir, que una vida heredaba a sus descendientes las cosas aprendidas o adquiridas durante el transcurso de su existencia.
Luego vendría el libro El origen de las especies de Charles Darwin, cuyas teorías fueron perfeccionadas por científicos posteriores, donde se propone que la vida evoluciona en base a cambios lentos y a la presión de la selección natural.
De hecho, el segundo libro de Darwin ya abordaba el tema del origen humano (El origen del hombre, 1871), en la cual se propuso por primera vez que el hombre descendía evolutivamente de alguna forma más simple de existencia, con la cual tendría todavía muchas características en común: los primates.
Esto no significa que “el humano proviene del simio”, como muchos lo explican, sino que el ser humano es un familiar directo de las especies más modernas de primates, que presionadas por el ambiente y por las necesidades históricas fueron adquiriendo cada vez mayores capacidades (caminar erecto, pulgares oponibles, utilización de herramientas, manejo del fuego) y dando origen así a más y más nuevas especies, la última de las cuales es, justamente, la humana.