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Estructura: la interacción entre los estímulos internos y externos
El Imperativo Biológico para procesar el estímulo es necesario para la supervivencia (Erskine,
1997). Los estímulos operan tanto interna como externamente y proporcionan un sistema de
retroalimentación, de feed-back, de información que conduce a la satisfacción de las
necesidades básicas. Las necesidades de supervivencia de oxígeno, agua, alimentos, así como
las necesidades relacionales y psicológicas, todas comienzan con la conciencia de un malestar
o un déficit. El organismo está afectado, y reacciona.
Para satisfacer lo que se necesita, el organismo debe hacer contacto no solo con sus
sensaciones y necesidades internas, sino también con el ambiente externo. La supervivencia y
la calidad de vida están garantizadas a través de la interacción continua de momento a
momento entre los estímulos "interoceptivos" y "exteroceptivos" y la capacidad de hacer
contacto pleno tanto interna como externamente. El imperativo biológico para el estímulo se
satisface a través de la interacción del sistema nervioso central y los órganos propioceptivos.
Nuestro sistema sensorial nos proporciona una orientación que posibilita el contacto externo e
interno. El contacto pleno es esencial para la vida: satisface el imperativo biológico de los
estímulos que influyen y regulan otros dos imperativos biológicos: la estructura y la relación.
El imperativo biológico de la estructura nos impulsa a organizar la experiencia y formar
configuraciones perceptivas: visual, auditiva, táctil, cenestésica. La necesidad de estructurar
configuraciones perceptivas crea y organiza patrones, significados y predictibilidad en nuestras
vidas. Esto, a su vez, hace posible la formación de conceptos, la categorización y el lenguaje.
La formación de configuraciones perceptivas se refiere no solo a patrones auditivos o visuales,
tales como el reconocimiento de un sonido familiar o el significado en estas palabras escritas,
sino también a patrones táctiles y cenestésicos, como el endurecimiento habitual de los
músculos (la retroflexión) en respuesta al miedo o la ira. . Stern (1985) se refirió a la capacidad
del bebé de tres días para formar una configuración olfativa que le permite al bebé dirigirse
hacia el olor de la leche materna por su propia madre en lugar de dirigirse a la leche de otra
mujer.
La tendencia innata a estructurar configuraciones que crean significado y predictibilidad y para
organizar la continuidad de la experiencia en el tiempo también proporciona la posibilidad de
variabilidad perceptiva y la creación de una nueva organización y significado. Esto es solo
porque nosotros formamos patrones perceptuales que posibilitan percibir la novedad, la
variación y el contraste.
Los imperativos biológicos para el estímulo y la estructura se satisfacen a través de la
continuidad y la variabilidad en las percepciones externas e internas. Si hay una interrupción
en la estructuración de las sensaciones o percepciones, también habrá una interrupción en el
procesamiento completo de los estímulos interoceptivos y exteroceptivos y / o la satisfacción
del imperativo biológico de la relación