• Asignatura: Religión
  • Autor: vivianllerenasanchez
  • hace 6 años

Salmo 42,11. que nos enseña


Nuscuedeimer40: Salmos 42:11 dice: ¿Por que voy a inquietarme ?¿Por que me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡El es mi Salvador y mi Dios!
Nuscuedeimer40: :-)
Nuscuedeimer40: Lo que encontré en mi biblia

Respuestas

Respuesta dada por: alexhero4236
2

Respuesta:

42:6-11 La manera de olvidar nuestras miserias, es recordar el Dios de nuestros misericordias. David vio los problemas que vienen de la ira de Dios

Explicación:

Respuesta dada por: nayeli12378
3

Respuesta:

Por qué te abates,  oh alma mía,  Y te turbas dentro de mí?  Espera en Dios;  porque aún he de alabarle,  Salvación mía y Dios mío”

Leyendo el salmo 42, de repente me doy cuenta que el salmo 42:5 se repite en el 42:11 y además en el ¡43:5!…al profundizar un poco se vislumbra que el mismo salmista escribió el salmo 42 y 43 ( lo atribuyen a los descendientes de Coré, aunque un teólogo reconocido Spurgeon se lo atribuye a David) el caso es que, se nota la nostalgia y dolor de un tiempo pasado de recordar la intimidad con Dios que se tenía y de la ausencia de poder llegar al templo a adorar, y que por si fuera poco; soportar a aquellos que lo menospreciaban diciéndole “¿Dónde está tu Dios?”.

Cuando se lee el Vrs 4, el recordar lo pone peor, más triste ¿tus recuerdos provocan que te pongas triste? ¿te sientes lejos de Dios? ¿Solo te acuerdas de los bonitos tiempos en la presencia de Dios, pero ya no se experimentan?. Reconocer que el desaliento es una posibilidad es el principio para una reacción honesta, un cambio de mentalidad es necesaria.

Lo que ocurre con el salmista del salmo 42-43; es que toma la decisión de enfrentar su abatimiento “acordándose de Dios” (Vr. 6); es tan fácil perder de vista a Dios cuando estamos en situaciones que nos estresan, que nos roban la paz, inclusive nos podríamos resentir con Dios, haciéndonos reproches tales como “!no sé que quiere Dios de mi!; ¡no sé qué quiere enseñarme! ”; este es un error fatal, hay que tomar la decisión de volver a poner la mirada en Dios, acordarse de Él y sus maravillas hechas en nuestras vidas. Cuando volvemos la mirada hacia Dios nuestra fe vuelve a fortalecerse, empezamos a confiar en un futuro con esperanza y eso se expresa con alegría, con oración, con cantos a Él. ¿Cantamos de corazón en la Iglesia, con alegría? ¿oramos en tiempo y fuera de tiempo?

Por último, esperar en Dios (Vrs 5 y 11); la gran diferencia es que ahora debemos esperar confiadamente, sabiendo que el día ha de llegar cuando tengamos la respuesta de Dios a lo que por ahora nos acongoje, pero hagamos nuestra parte: Volvamos nuestra mirada a Él, oremos, cantemos y esperemos, porque Él es nuestra salvación y nuestro Dios.

Explicación:

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