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Desventajas de formar parte de un grupo
Si bien se considera que en el valance entre beneficios e inconvenientes los proimeros tienen más pesos que los segundos (entre otras cosas porque dependemos de las relaciones sociales para sobrevivir), es cierto que pertenecer a un grupo también tiene sus elementos negativos. Veamos cuáles son.
1. Riego de contagio
Los grupos son medios de contagio de epidemias. Sin embargo, en las sociedades modernas, el hecho de pertenecer a un grupo en el que se toman medidas de prevención adecuadas minimiza este riesgo, asumiendo que se puede no formar parte de un grupo y a la vez relacionarse con los demás.
2. Efecto de la presión social
Otra de las desventajas de pertenecer a un grupo es que el simple hecho de formar parte de uno nos expone más a la presión grupal, dado que el resto de sus integrantes comparten ciertas características con nosotros y a través de esta identificación se pueden legitimar iniciativas para crear uniformidad entre los individuos.
Por ejemplo, utilizando como excusa que todos los miembros del grupo comparten un idioma, se puede intentar asociar una vestimenta y una simbología que expresa esa identidad, haciendo que quienes no adopten esta estética queden señalados
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3. Penalización de la disidencia
Entra dentro de la dinámica de los grupos el utilizar castigos ejemplarizantes contra quienes antes formaron parte del colectivo y más tarde adoptaron comportamientos que se consideran contrarios a la identidad grupal.
4. Aparición de liderazgos por defecto
Otra de las desventajas de la pertenencia a los frupos es que si no nos esforzamos en evitarlo utilizando mecanismos democráticos, aparece un líder que tiene más poder que el resto en la toma de decisiones y el reparto de roles, independientemente de su grado de habilidad en la tarea a abordar colectivamente.
5. Enfrentamiento hacia el exterior
El sentimiento de pertenencia tiene varios grados de intensidad, y en los más extremos puede legitimar hostilidad hacia quienes no forman parte del grupo, solamente por estar fuera de sus límites.
Pero incluso cuando el sentimiento de pertenencia no es muy fuerte, el simple hecho de formar parte de uno suele predisponernos a no ser tan solidarios con quienes estar fuera de él.