Respuestas
Respuesta:El Confiado de sí mismo y la Porfía, al cabo de largo tiempo y de entrañable amor, que el
uno al otro se tuvo por inclinación natural amando cada uno a su semejante, se casaron.
Deste ayuntamiento tuvieron copia innumerable de hijos.
Éstos se juntaron unos con otros por dispensación del Tiempo; y no perdiéndolo en el
producir, dio este grano ciento por una, a cuya causa vino a ser infinito el número de
necios, y sus impertinencias y abusos sin enmienda ni reparo.
Cada uno de por sí introdujo nuevo lenguaje y jerigonza procurando que ni el olvido los
sepultase ni el tiempo los consumiese; y así lograron sus designios, de suerte, que, con
haber comenzado pocos años después, que el yerro de nuestros primeros padres o por
mejor decir cuando ellos, y con el buen paramérito del limitado y no conocido número de
discretos, a quien la Necedad aflige y persigue con la mano que vemos.
Necedad se llama y es todo aquello que se hace o dice encontrando o repugnando las
costumbres de cortesía o lenguaje político.
Algunas necedades se apuntan en este breve discurso, como por él se verá –porque todo
sería intentar lo imposible, siendo, como es, tal y tanta su diversidad, calidades y
muchedumbre -, de las que el hombre debe huir como el navegante del peñasco o bajío
que le amenaza, y son las siguientes:
El ocupar uno lugar donde le pueden decir que se quite, necedad a perfil. El competir con persona poderosa el que no lo es, necedad a prueba de mosquete.
Sacar el lienzo y sonarse las narices habiendo comenzado algún discurso o plática,
necedad azafranada; y si alguna vez advirtiere en las conversaciones de recogerle,
haciendo alarde y mirando, superfluidad del celebro que quedó en él, porquería y
asquerosa resolución.
Explicación:
Respuesta:El Confiado de sí mismo y la Porfía, al cabo de largo tiempo y de entrañable amor, que el
uno al otro se tuvo por inclinación natural amando cada uno a su semejante, se casaron.
Deste ayuntamiento tuvieron copia innumerable de hijos.
Éstos se juntaron unos con otros por dispensación del Tiempo; y no perdiéndolo en el
producir, dio este grano ciento por una, a cuya causa vino a ser infinito el número de
necios, y sus impertinencias y abusos sin enmienda ni reparo.
Cada uno de por sí introdujo nuevo lenguaje y jerigonza procurando que ni el olvido los
sepultase ni el tiempo los consumiese; y así lograron sus designios, de suerte, que, con
haber comenzado pocos años después, que el yerro de nuestros primeros padres o por
mejor decir cuando ellos, y con el buen paramérito del limitado y no conocido número de
discretos, a quien la Necedad aflige y persigue con la mano que vemos.
Necedad se llama y es todo aquello que se hace o dice encontrando o repugnando las
costumbres de cortesía o lenguaje político.
Algunas necedades se apuntan en este breve discurso, como por él se verá –porque todo