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Respuesta:
Ser libre es uno de los mayores deseos de los seres humanos.
La mayoría de las religiones consideran el fin de la vida como la liberación del alma presa en un cuerpo humano.
Uno de los peores castigos (quitando la tortura y la pena de muerte) es la cadena perpetua (privación de la libertad) y la libertad de expresión y de elección es uno de los bienes más preciados que existen.
Desde tiempos inmemoriales diversos filósofos y teólogos han debatido sobre si realmente somos libres de elegir nuestro destino o si por el contrario estamos sometidos a leyes del universo, un futuro escrito antes de nuestro nacimiento o los caprichos de diferentes Dioses.
Sea cual sea la respuesta e independientemente de cuestiones éticas y religiosas lo que está claro es que la sensación de libertad tiene bastante que ver con la felicidad.
Estoy segura de que alguna vez has mirado al cielo y has sentido envidia del vuelo de los pájaros. Parece tan libre, tan ligero… ¿Verdad?
O has observado cómo fluye el agua de un río, en constante movimiento, en constante cambio, en constante libertad…
¿Recuerdas la última vez que te sentiste realmente libre?
Antes de seguir leyendo quiero que cierres los ojos y conectes durante un par de minutos con esa sensación de libertad.
¿Maravilloso verdad?
Pues tengo una buena notica. Sentirte libre depende única y exclusivamente de ti.
Ser libre no es un hecho objetivo (muy pocas cosas son realmente objetivas) si no un constructo mental.
Lo que quiero decir es que una persona cumpliendo condena en la cárcel puede sentirse libre escribiendo una novela y dejando volar su imaginación, y otra persona que viva en su ciudad rodeada de sus seres queridos puede sentirse tremendamente encarcelada dentro de su propia vida.
Por ponerte un ejemplo, ahora mismo (mientras estaba escribiendo este artículo) llevo 12 horas metida en un tren cuya proporción pasajeros/espacio es bastante discutible (aún me quedan dos horas más) y sin embargo me siento realmente libre.
De hecho una de las cosas que más me gusta de viajar es la sensación de libertad, de perderte, de encontrarte, de simplemente caminar sin que importe el destino mientras disfrutas de las maravillosas escenas y experiencias que el mundo te regala.
Ser libre es algo muy diferente de esto. Está más relacionad con disfrutar de lo que tienes y vivir intensamente cada momento que con desear aquello que no tienes.