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Respuesta:
. La política internacional latinoamericana se enfrenta a un difícil panorama. El declive de Estados Unidos, el ascenso de China o la crisis de la globalización neoliberal son ideas que alimentan la imagen de un mundo en transición. En este marco, los países de la región parecen inclinarse por estrategias individualistas que, bajo una lógica del «sálvese quien pueda», no hacen más que erosionar las instancias colectivas de toma de decisiones. El resultado: un escenario de atomización que potencia la vulnerabilidad de los diferentes países y limita sus márgenes de acción frente a las grandes potencias.
Por quién doblan las campanas
En los tiempos que corren, se ha enfocado la atención política en la competencia por la definición de reglas en el orden internacional.
El dilema de la globalización
Hoy, como en los años 90, el concepto «globalización» vuelve a estar de moda y asumir el centro de las discusiones y se convierte en uno de los ejes claves que marcan la llamada transición del sistema internacional con la cual deben lidiar los países latinoamericanos.
Atomización funcional
Los dos procesos detallados convergen en un tercer factor que también incentiva la fragmentación regional: la vinculación con los demás.
Conclusiones: entre el optimismo y el pesimismo
Todo lo hasta aquí expuesto suele desembocar en diferentes estados anímicos. Para los más optimistas, el orden internacional vigente podrá ser adaptado e incluso mejorado para que actúe como fuerza de paz entre los grandes poderes y transfiera sus beneficios a los Estados de menor tamaño.
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