PORFAAAAAAA !!! sacar la idea principal de este texto ------------------------------------------------------------El INTERÉS por la inteligencia emocional (IE) ha despertado en los últimos años. El constructo, que captura las diferencias individuales en cómo percibimos, comunicamos, regulamos y entendemos nuestras propias emociones y las emociones de los demás (Zeidner, Matthews & Roberts, 2009) se ha relacionado con una variedad de resultados adaptativos en adultos, incluido el bienestar. , competencia personal / social y éxito ocupacional (Brackett, Rivers y Salovey, 2011; Martins, Ramalho y Morin, 2010; Van Rooy y Viswes-varan, 2004). La investigación que explora la IE en niños y adolescentes está mucho menos desarrollada, aunque dos de las áreas de aplicación más intensivas han sido el rendimiento académico y la salud mental, que ha sido estimulada por la evidencia de que los programas escolares pueden capacitar con éxito a los elementos de la IE bajo la bandera más amplia de aprendizaje social y emocional (Durlak et al., 2011). En términos generales, los jóvenes con niveles de IE más altos ofrecen para lograr un puesto resultados más positivos que sus contrastes de IE más bajos. Por ejemplo, experimentan síntomas somáticos menos depresivos y ansiosos; exhiben un comportamiento menos perturbador (Mavroveliet al., 2007; Rivers et al., 2012; Williams et al., 2009); tener menos ausencias no autorizadas de la escuela; mayor éxito en los exámenes (Petrides, Frederickson & Furnham, 2004; Sánchez-Ruiz, Mavroveli & Poullis, 2013) y mostrar un comportamiento prosocial (Frederickson, Petrides & Simmonds, 2012; Mavroveli & Sánchez-Ruiz, 2011). Además, ahora hay evidencia emergente de que la IE puede actuar como un amortiguador protector del estrés para promover el rendimiento mental (Davis y Humphrey, 2012a) y también reforzar el rendimiento académico en aquellos con niveles más bajos de capacidad cognitiva general (Petrides et al., 2004; Qualter et al., 2012). Sin embargo, la fuerza y la naturaleza de estos efectos parecen variar según el tipo de IE medido, ya sea un 'rasgo' de IE (autoeficacia emocional autoinformada) o una 'capacidad' de IE (evaluación de la capacidad emocional real indexada similar al coeficiente intelectual) - y el resultado examinado. Sin embargo, quizás la preocupación más urgente es la falta de investigación que aborde los procesos subyacentes que vinculan la IE con los resultados adaptativos; todavía sabemos muy poco sobre cómo y cuándo la IE ejerce estos efectos beneficiosos en los jóvenes. La mayoría de las investigaciones hasta la fecha han informado asociaciones descriptivas entre la IE y variables particulares de interés (por ejemplo, depresión, sintomático, promedio de calificaciones, etc.). Lo que se necesita ahora es un enfoque en la descontaminación para estructurar cómo la IE influye en los resultados de la adaptación.
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