Respuestas
Respuesta:
pues
Explicación:
creeo que Atima Imaoma o Atima Silencio, como le habían puesto en su llegada a América, quedó en la calle, vagando en libertad tratando de conseguir trabajo que nadie le daba. Un día, mendigando por dinero y hambrienta, se acercó a una hoguera con soldados alrededor, estos le dieron de comer y la cuidaron hasta la llegada de dos jinetes al galope, quienes ordenaron las llevasen con las otras mujeres para que les diesen trabajo y alimento.
Fue así como Imaoma consiguió un refugio, pero las otras damas le decían que solo duraría hasta que el ejército partiese, por lo que buscó la manera de agradecer al jinete que ordenó que cuidasen de ella, lográndolo a la tercera ocasión. El jinete a quien le agradeció fue al General San Martín, a quien esta le ofreció su espejo como donación para contribuir con la causa libertadora, este lo firmó y lo recibió como salvoconducto, hecho que alegró a Atima.
El ejército partió poco tiempo después, dejando a todos sus rescatados en las situaciones en las que se encontraban, por lo que Atima vio como se acababa su periodo más estable y satisfactorio.
Respuesta:creo que es
Explicación:
creeo que Atima Imaoma o Atima Silencio, como le habían puesto en su llegada a América, quedó en la calle, vagando en libertad tratando de conseguir trabajo que nadie le daba. Un día, mendigando por dinero y hambrienta, se acercó a una hoguera con soldados alrededor, estos le dieron de comer y la cuidaron hasta la llegada de dos jinetes al galope, quienes ordenaron las llevasen con las otras mujeres para que les diesen trabajo y alimento.
Fue así como Imaoma consiguió un refugio, pero las otras damas le decían que solo duraría hasta que el ejército partiese, por lo que buscó la manera de agradecer al jinete que ordenó que cuidasen de ella, lográndolo a la tercera ocasión. El jinete a quien le agradeció fue al General San Martín, a quien esta le ofreció su espejo como donación para contribuir con la causa libertadora, este lo firmó y lo recibió como salvoconducto, hecho que alegró a Atima.
El ejército partió poco tiempo después, dejando a todos sus rescatados en las situaciones en las que se encontraban, por lo que Atima vio como se acababa su periodo más estable y satisfactorio.