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La reintroducción de los lobos en un Parque Nacional de Estados Unidos no logró restablecer los bosques del álamo temblón como habían proyectado varios investigadores.
Image caption La sobrepoblación de alces amenaza al álamo temblón.
Un equipo de científicos señaló en la revista especializada Ecology que los lobos que rondan por el Parque Yellowstone no han impedido que los alces devoren los retoños de ese árbol.
El álamo temblón (Populus tremuloides) es una especie nativa de América del Norte y su nombre proviene del hecho de que sus hojas "tiemblan" ante la menor brisa.
En un principio se había pensado que la presencia de los lobos crearía un zona de peligro para esos herbívoros.
Los expertos señalan que hay que buscar nuevos mecanismos para proteger a los álamos temblones del parque.
En su artículo en la publicación de la Sociedad Ecológica de Estados Unidos (Ecological Society of America), los investigadores agregaron que demostró ser errónea la suposición de que si los lobos eran los predadores del alce, este animal eventualmente aprendería a evitar zonas de alto riesgo frecuentadas por los lobos.
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Regeneración del hábitat
El control de los alces permitiría que las plantas en esas zonas, como los álamos temblones, crecieran sin ser consumidas por los herbívoros y a largo plazo el hábitat se regeneraría.
Image caption La reintroducción del lobo no logró controlar suficientemente la población de alces.
"Los predadores influyen indirectamente sobre las plantas a través de dos mecanismos principales", según el artículo. "Al alterar ya sea la densidad o el comportamiento de los herbívoros en su búsqueda de alimentos".
Al comienzo del siglo XX los lobos fueron eliminados de gran parte de su hábitat natural en América del Norte debido a la caza, con lo cual se incrementó la población de alces.
"La reintroducción de los lobos en Yellowstone al comienzo de 1995 fue aclamada como un gran éxito, no solamente por haber restablecido una especie extirpada, pero porque se esperaba que restauraría el funcionamiento del ecosistema a través de efectos indirectos sobre otras especies", señalaron los investigadores.
Si bien la población de alces se redujo, el equipo concluyó que no hubo un cambio perceptible en el comportamiento de los animales en la búsqueda de alimentos.
Conclusiones erróneas
El principal autor, Matthew Kauffman, un científico del Servicio de Mediciones Geológicas de EE.UU., sugirió que estas últimas conclusiones echan por tierra como prematura la tesis de la recuperación del álamo temblón en su ecosistema.
"Este estudio no solamente confirma que el alce es el responsable del retroceso del álamo en Yellowstone desde la década de 1890, sino que adicionalmente ninguno de los bosques de álamo estudiados tras la restauración de los lobos parece haberse regenerado, inclusive en zonas de alto riesgo para los alces", señaló Kauffman.
Debido a que la idea de las zonas de peligro no parece haber beneficiado al álamo, el equipo concluyó que hace falta una reducción adicional de la población norteña del alce (actualmente hay un 40% menos de estos herbívoros en comparación con el período previo a la reintroducción del lobo) para que se recuperen los bosques del álamo temblón en Yellowstone.