• Asignatura: Religión
  • Autor: pablo46235969
  • hace 6 años

Otras lecciones El pecado original tiene, además, otras consecuencias prácticas. Si es verdad que en el alma del recién nacido hay una nube, una mancha, que impide que lleguen hasta ella los rayos benéficos del Sol divino, han de darse los padres prisa en hacer bautizar a su hijito, para borrar de su alma cuanto antes el pecado original. De ahí que los padres cristianos no difieren el bautismo de sus hijos, y los hacen bautizar inmediatamente después de nacer. El hecho del pecado original ha de servir de aviso también a los educadores de jóvenes. La inclinación al mal, que todos tenemos desde el nacimiento, es enemiga de la inocencia que nos restituye el bautismo. Los gérmenes del mal laten en todos los niños y adolescentes, y a medida que pasan los años empiezan a propagarse y destruir el jardín que Dios puso en sus almas, si no se extirpan las malas hierbas y no se cuidan las flores mediante una educación en valores, asidua a la oración y los sacramentos. Toda pedagogía que no tiene en cuenta la fragilidad de la naturaleza humana, corrompida por el pecado original, va al fracaso. De ahí que el cristianismo exhorte a los educadores para que fortalezcan la voluntad de los jóvenes y para que les eviten todo lo que pueda hacer daño a sus almas. El pecado original también nos llama poderosamente a ser solidarios. Todos formamos una gran familia porque procedemos de unos mismos padres, participamos de una misma naturaleza, y por desgracia también de un pecado común. Ya lo dijo Isaías: “todos erraron en su camino" (Is 56,2), "como ovejas descarriadas hemos sido todos nosotros: cada cual se desvió para seguir su propio camino" (Is 53,6). Tanto si somos ricos como si somos pobres, fuertes o débiles, hermosos o feos, sanos o enfermos, instruidos o analfabetos..., todos necesitamos de la misericordia de Dios y su gracia para perseverar en el bien. Porque el pecado original nos inclina al egoísmo, se comprende que Nuestro Señor Jesucristo escogiera como medio de redención la humildad, la caridad y el sufrimiento aceptado. El egoísmo carga el mal, la miseria y el sufrimiento sobre los demás; el amor de Cristo cargó sobre sí el sufrimiento ajeno: la pobreza, el trabajo, el 32 cansancio, la incomprensión, la calumnia, la agonía y la misma muerte. De la gran tragedia del pecado original, común a todos, se deriva el gran mandamiento del amor al prójimo. Si la gracia de Dios curó mis heridas, yo he de socorrer a mi prójimo. Si la misericordia de Dios perdonó mi pecado, también yo he de perdonar a los otros. Dios tuvo paciencia conmigo, yo también debo de ser compasivo y paciente con mis hermanos. Señor Jesús, te pedimos que no fortalezcas para la lucha superando todo desaliento. Que nunca olvidemos que el que sirve al pecado, siervo es del pecado y de la muerte; mientras que el que se apoya en Ti, luchará contigo y se verá libre de lo que le esclaviza. ¿ QUE NOS ENSEÑA ESTE ARTICULO? URRRRGENTE!!!!

Respuestas

Respuesta dada por: andregonazaleruiz
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Respuesta:me da pereza leer sorry

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