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Respuesta:El regreso de Cristo
Al final de la gran tribulación el Anticristo reunirá a todos sus ejércitos de toda la tierra e irá a atacar a Jerusalén. (Zacarías 14:1-2) Comenzarán a sacrificar a los judíos sin piedad. Los judíos estarán, por primera vez en su historia, bajo una tremenda necesidad. En su amargura e ira el Anticristo tiene como destino destruirlos por completo.
¡Entonces Jesús y los santos descenderán del cielo para salvarlos! “Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente.” Zacarías 14:3-4. Ve también Apocalipsis 19:11-16.
¡Entonces todos los soldados malvados del Anticristo serán consumidos por una plaga! La carne de ellos se corromperá por completo. (Zacarías 14:12) El juicio de Dios sobre la bestia y el Anticristo no será leve. Podemos imaginarnos su justa indignación sobre aquellos que han tratado de hacer daño y destruir y corromper su amada creación desde el principio. Tanto la bestia como el Anticristo serán arrojados al lago de fuego para arder por la eternidad (Apocalipsis 19:20-21) y Satanás será atado en el abismo por mil años. (Apocalipsis 20:1-3)
Cristo pondrá sus pies en el Monte de los Olivos, que se dividirá en dos para formar un valle. Aguas vivas comenzarán a fluir desde Jerusalén. ¡Esto marca el comienzo de la nueva época gloriosa de paz y ampliamente conocida como los mil años! Las tierras al sur de Jerusalén se volverán una llanura y la propia Jerusalén será enaltecida. (Zacarías 14:4-11) Jerusalén se convertirá entonces en la capital del mundo, de donde Cristo reinará sobre toda la tierra. (Isaías 2:2-4, Miqueas 4:1-3)
El llanto del pueblo
“Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido.” Zacarías 12:10-11.
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