Respuestas
Respuesta: El largo período medieval comprendido entre los siglos V al XV conoció acontecimientos políticos, económicos, culturales y religiosos que reflejaron una lenta evolución a lo largo de distintas etapas.
Los primeros trescientos años, entre los siglos V y VIII, fueron los de la crisis de la civilización antigua y los de la transición al mundo medieval. Las invasiones germanas y el asentamiento de estos pueblos en Occidente son los hechos que marcaron esta fase, pues significaron la desaparición del Imperio Romano, sustituido por los reinos germánicos que surgieron en el antiguo solar imperial. Frente a esta disgregación, sólo la Iglesia será capaz de mantener la ficción de la unidad romana: su gran éxito fue la incorporación de los «bárbaros» a la fe cristiana católica y la conservación de la cultura clásica.
Durante los siglos VIII-X el Occidente europeo se vio afectado por dos circunstancias externas de gran repercusión: el nacimiento de una nueva religión, el islam, que protagonizó una rápida expansión por el Mediterráneo, y las segundas invasiones, realizadas por normandos, eslavos y húngaros.
Al mismo tiempo se producía la restauración del imperio con Carlomagno y, poco después, con la dinastía otónida, que estuvo acompañada del resurgimiento intelectual influido por la tradición cultural romana. Si esta renovación imperial fue una reacción frente a los peligros externos y a la disgregación política del mundo romano, hay que considerar en ella el recuerdo de Roma como centro de un imperio que había logrado la unidad del mundo mediterráneo.
Pero esta reminiscencia no tenía valor geográfico sino ideológico, puesto que los centros principales de la actividad política, económica y cultural se alejaron del Mediterráneo y se establecieron en el norte de Europa, en torno a los ríos Rhin, Mosa y Mosela. El nuevo imperio iniciaría una expansión hacia los territorios orientales por el deseo de difundir la religión cristiana, misión que adoptó como suya el poder imperial.
A partir del siglo XI, y hasta el XIII, tuvo lugar el momento culminante del Occidente medieval con una gran expansión política y territorial paralela al desarrollo económico y demográfico y al renacimiento urbano en las ciudades de Europa meridional.
Y, tras el esplendor del siglo XIII, se produjo la crisis de los siglos XIV y XV como preludio de la modernidad. Crisis política, con el enfrentamiento entre Francia e Inglaterra en la guerra de los Cien Años; crisis económica y social, con la mortandad producida por la peste negra, y crisis religiosa manifestada en el pontificado de Aviñón y en el cisma de Occidente
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