Por qué cree que el fútbol y otros deportes fueron practicados por varias civilizaciones a lo largo de la historia?
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Respuesta:
El juego y lo humano
Aparece como algo consustancial a la especie humana, el juego es tan antiguo como la propia humanidad. El ser humano ha jugado siempre, en todas circunstancias y cualquier cultura. Desde la niñez el ser humano ha jugado más o menos tiempo y a través del juego ha ido aprendiendo pautas de comportamiento que le han ayudado a convertirse en adulto y por tanto a vivir. Las personas necesitan del juego y no sólo en la niñez sino a lo largo de toda su vida. Los juegos conceden a posibilidad de seguir siendo niño sin perder la condición de ser adulto.
El juego es una respuesta psicobiológica a la vida. Me atrevería a afirmar que la identidad de un pueblo está fielmente unida al desarrollo de sus juegos, que a su vez son generadores de cultura. Podemos partir de la tesis de que el juego es un importante pilar en el proceso de humanización, un fenómeno antropológico único, es una constante en todas las civilizaciones, ha estado siempre unido a la cultura de los pueblos, a su historia, a la tradición, costumbres, a lo mágico, a lo sagrado, al amor, al arte, a la lengua, a las guerras; han servido de comunicación entre pueblos, facilitando la comunicación entre los seres humanos.
Muchos son los motivos por o para los que jugar y a su vez el juego es autotélico. Observamos que jugar se convierte en la primera asignatura en la vida del ser humano, no tiene ni convocatoria ni fecha concreta para aprenderla, se puede aprender en cada momento porque acompaña al ser humano durante toda la vida, ¿puede haber algo más importante?. El juego debe tener un papel predominante y debiera apuntar a la búsqueda del equilibrio vital, a la realización personal y social. Apoyo la teoría de Felskenian (1978) que nos invita a reflexionar acerca de un objetivo de la educación tan natural como sencillo "Sería ideal que el objetivo de la educación fuera la felicidad". De esta manera el juego cumpliría un rol de garantía humanística, convirtiéndose en un buen camino para la formación en la vida.
Rojas (1998) va más allá al realizar una afirmación tan categórica como hermosa "la meta del hombre en la vida es ser feliz". Sin duda siguiendo esta hipótesis, el juego sería herramienta clave en la educación y en la recreación, pues contribuye a alcanzar la felicidad porque precisamente en él está parte de nuestra felicidad, ayuda a conocernos a nosotros mismos y contribuye a alcanzar una meta en la vida, conociendo a los demás y adaptarnos al entorno.