1 ) lean los siguientes enunciados e identifiquen todas las marcas de variacion linguistica que puedan.
me tome un bondi que venia hasta las manos:
su caso requiere un habeas corpus.
doña clotilde esta bastante chicata.
la adquisicion del inmueble dependerá de las condiciones del mercado.
la minita te esta chamuyando.
me compre una cartera que es una paqueteria.
le presto un disco que esta rejoya.

2) redacten cuatro enunciados que ustedes suelan utilizar y en los que puden identificarse marcas dialectales o de cronolecto.

3) formulen dos enunciados para cada una de las siguientes situaciones, uno que responda a un registro de habla fromal y otro informal.
disculparse por llegar tarde. preguntar la hora.
elogiar un nuevo corte de pelo. pedir un libro prestado.​

Adjuntos:

Respuestas

Respuesta dada por: Chimuelo63YT
1

Respuesta:

pronombres

Explicación:

1 | Lenguaje y Literatura Guía de autoaprendizaje 7.o grado

Unidad 6. Narrativa: El cuento surrealista Fase 3, semana 13

Contenidos

• La producción de textos con intención literaria. La recreación de un cuento surrea-

lista.

• Los pronombres. Características, clases: pronombres demostrativos, indefinidos, in-

terrogativos y relativos. Pronombres que precisan tilde.

Producción Elaboración de un cuento surrealista.

A. Inicio

Actividad 1. Lee junto a tus familiares el cuento “Un sueño”. Luego, haz lo que se te solicita.

Un sueño

Josef K. soñó:

Era un día hermoso, y K. quiso salir a pasear, pero apenas dio dos pasos, llegó al cementerio.

Vio numerosos e intrincados senderos, muy numerosos y nada prácticos; K. flotaba sobre uno

de esos senderos como sobre un torrente, en un inconmovible deslizamiento. Su mirada

advirtió desde lejos el montículo de una tumba recién cubierta, y quiso detenerse a su lado.

Ese montículo ejercía sobre él casi una fascinación, y le parecía que nunca podría acercarse

demasiado rápidamente. De pronto, sin embargo, la tumba casi desaparecía de la vista, oculta

por estandartes que flameaban y se entrechocaban con fuerza; no se veía a los portadores de

los estandartes, pero era como si allí reinara un gran júbilo.

Todavía buscaba a la distancia, cuando vio de pronto la misma sepultura a su lado, cerca del

camino; pronto la dejaría atrás. Salto rápidamente al césped. Pero como en el momento del

salto el sendero se movía velozmente bajo sus pies, se tambaleó y cayó de rodillas justamente

frente a la tumba. Detrás de esta había dos hombres que sostenían una lápida en la tierra,

donde quedó sólidamente asegurada. Entonces surgió de un matorral un tercer hombre, en

quién K. inmediatamente reconoció a un artista. Solo vestía pantalones y una camisa mal

abotonada; en la cabeza tenía una gorra de terciopelo; en la mano un lápiz común, con el que

dibujaba figuras en el aire mientras se acercaba.

Apoyó ese lápiz en la parte superior de la lápida; la lápida era muy alta; el hombre no necesitaba

agacharse, pero sí inclinarse hacia adelante, porque el montículo de tierra (que evidentemente

no quería pisar) lo separaba de la piedra. Estaba en puntas de pie y se apoyaba con la mano

izquierda en la superficie de la lápida. Mediante un prodigio de destreza logró dibujar con un

lápiz común letras doradas y escribió: "Aquí yace". Cada una de las letras era clara y hermosa,

profundamente inscrita y de oro purísimo. Cuando hubo escrito las dos palabras, se volvió

hacia K., que sentía gran ansiedad por saber cómo seguiría la inscripción, apenas se

preocupaba por el individuo y solo miraba la lápida. El hombre se dispuso nuevamente a

escribir, pero no pudo, algo se lo impedía; dejo caer el lápiz y nuevamente se volvió hacia K.

Esta vez K. lo miró y advirtió que estaba profundamente perplejo, pero sin poder explicarse el

motivo de su perplejidad. Toda su vivacidad anterior había desaparecido. Esto hizo que

también K. comenzara a sentirse perplejo; cambiaban miradas desoladas; había entre ellos

algún odioso malentendido, que ninguno de los dos podía solucionar. Fuera de lugar,

comenzó a repicar la pequeña campana de la capilla fúnebre, pero el artista hizo una señal

con la mano y la campana cesó. Poco después comenzó nuevamente a repicar; esta vez con

mucha suavidad y sin insistencia; inmediatamente cesó; era como si solamente quisiera probar

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