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Explicación:El clímax está en “aherrojadas”, la palabra de mayor sonoridad, casi estruendosa, muy superior a las vibrantes del v. 4.
Esta secuencia es bastante visual, como la anterior: dibuja el cuadro, la estancia cuadrangular, que se define en la primera secuencia con las paredes, líneas rectas, los lados del cuadrado. Aquí, en esta secuencia, no menciona los lados sino los vértices del polígono, “sus cuatro rincones”. Tanto detalle da la sensación de énfasis en esa figura.
El v. 5 llama la atención por su hipérbaton, al anteponer “por sus cuatro rincones”, dándole mayor importancia a esos rincones, cuando la frase tendría que empezar por “cómo arranca…”. Esto, y más patente aún en los vv. 11-12, es muestra del lenguaje radicalmente nuevo de la poesía vanguardista, para expresar la desolación y la angustia. El lenguaje se violenta, de desarticula la sintaxis, aumentando la sensación de caos y turbación de ánimo.
El v. 6 tiene una doble interpretación : 1) de esos cuatro puntos, los rincones, se produce la tirantez que arranca los ya inmovilizados (aherrojados) miembros del poeta; 2) las extremidades son las paredes, los lados del cuadrado, en tensión, de los que se está tirando desasosegadamente desde los vértices. Al estar el cuadrado así, arrancando las paredes, es un “criadero de nervios”. Esta segunda interpretación tiene sentido de acuerdo con la secuencia IV, al dolerse el poeta “de ellas” [de las paredes], vv. 13-14.
Tercera secuencia: anteposición del adjetivo en el v. 7, ante “llavera” y “llaves”. Uso del mismo lexema en sendos sustantivos (políptoton), conectándolos entre sí. Puede referirse, metafóricamente, a su madre, que era su protección y solución a todos los problemas. Este verso, además, es el único resto del modernismo: un perfecto alejandrino en hemistiquios de heptasílabos.
Encabalgamiento feroz en el v. 8 con “hasta”, para crear suspense. Repetición de la partícula condicional “si…”, con la presencia de tiempos verbales en subjuntivo: estuvieras, vieras (v. 8), lloraras (v. 11).
Hipérbaton en v. 9, “son cuatro estas paredes”, para enfatizar que son cuatro. Sigue con la repetición constante del número cuatro, que en este verso remarca lo limitado que es ese espacio. “Hasta/qué hora…”: hasta qué extremo, y cuánta duración.
En el verso 10 sigue hablando a la “llavera”, probablemente su madre ausente, y pasa al número dos, para repetirlo (vv. 10, 11, 15) y enfatizarlo como con el cuatro. Existe, pues, un paralelismo entre ser dos/ser cuatro. Si estuvieran juntos, él y su madre , con sólo estar en su compañía se anularía esa angustia y ese apresamiento.
Ligera aliteración de vocales a/e en estos tres primeros versos de la secuencia: llavera, llaves, estuvieras, vieras, estas, paredes. Parece dar una sensación de suavidad, armonía, creadas por la presencia de la madre.
Explicación:
es una de las más grandes y famosos
poemas de César Vallejo que se creó en 1922