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El concepto de Lealtad es un tema central en la obra de BOSZORMENY-NAGY. Este autor ha desarrollado la "Terapia contextual" esta es una modalidad no directiva que: propiciando la comprensión y confianza mutuas favorece el diálogo entre los miembros de la familia y, por consiguiente, el cambio. Su tesis central es que las perturbaciones de los individuos y las familias son la manifestación y consecuencia de un desequilibrio entre el dar y el tomar de ahí, el objetivo de equilibrar el "registro de méritos", tema que consideraremos en el apartado siguiente.
La lealtad es un sentimiento de solidaridad y, compromiso que unifica las necesidades y expectativas de una unidad social "la familia" y los pensamientos, sentimientos y motivaciones de cada miembro.
Se considera que el individuo está inserto en una red de lealtades multipersonal. Dentro del contexto de esta red estructurado, se exige que cada persona cumpla las expectativas y obligaciones del grupo.
La dinámica familiar se vuelve más transparente en cuanto se descubre quién está ligado a quién por una lealtad abierta o encubierta y lo que esto significa para las personas así vinculadas. Los síntomas de un individuo son la expresión de su lealtad hacia la familia y, por consiguiente, debe evaluarse como un aporte positivo.
Dentro del sistema familiar, la lealtad puede entenderse como la expectativa de adhesión a ciertas reglas y la amenaza de expulsión si se transgrediesen. Por tanto, la estructura psíquica de un individuo es una internalización de expectativas y percepciones lealmente aceptadas.
La lealtad es la clave para comprender la "delegación" y los consiguientes descarrilamientos.
La persona a quién se delega algo es enviada, pero a la vez está ligada a la familia por la larga cuerda de la lealtad. Las personas delegadas prueban su lealtad cumpliendo conscientemente la misión que les han encomendado, y la realización de la misión asignada origina sentimientos de autoestima.
Las "misiones encomendadas a los hijos", pueden satisfacer diversas necesidades de los padres. Puede ser que "se envíe" al hijo adolescente delegado a tener aventuras de diversa índole, generalmente para vivenciar una época de frenesí que, por diversos motivos, los padres no fueron capaces de vivir. 0, tal vez, el hijo delegado ayuda a sus padres a superar aspectos prácticos de la vida, les brinda apoyo, libra sus batallas y busca información para ellos. También es posible, que las personas delegadas sean puestas al servicio del autoideal de los padres, y así, deberán llegar a ser famosos atletas, científicos, artistas, etc. que los padres no llegaron a ser. En otros casos, el hijo delegado debe incorporar en su personalidad los aspectos negados y rechazados de la personalidad de los padres que éstos puedan tener esos aspectos rechazados a una distancia segura pero observable.
El conocimiento de los procesos de delegación permite entender por qué un delegado obediente y tratable se convierte de pronto en un sintomático obstinado y desafiante. El sintomático (por ejemplo, una niña con anorexia nerviosa) ha descubierto que el "supercumplimiento" de su tarea es un arma, un medio para castigar a los delegantes; si esa conducta no merece aprobación, por lo menos suscita una atención e interés constantes. Ahora bien, es importante comprender que los procesos de delegación no se producen en una cadena "lineal" del delegante al delegado sino que, en cambio se despliegan de manera circular. Esta característica significa que el delegado suele beneficiarse con el rol central que ocupa en la familia lo cual hace comprensible que haya resistencias para abandonar ese rol..
La lealtad es un sentimiento de solidaridad y, compromiso que unifica las necesidades y expectativas de una unidad social "la familia" y los pensamientos, sentimientos y motivaciones de cada miembro.
Se considera que el individuo está inserto en una red de lealtades multipersonal. Dentro del contexto de esta red estructurado, se exige que cada persona cumpla las expectativas y obligaciones del grupo.
La dinámica familiar se vuelve más transparente en cuanto se descubre quién está ligado a quién por una lealtad abierta o encubierta y lo que esto significa para las personas así vinculadas. Los síntomas de un individuo son la expresión de su lealtad hacia la familia y, por consiguiente, debe evaluarse como un aporte positivo.
Dentro del sistema familiar, la lealtad puede entenderse como la expectativa de adhesión a ciertas reglas y la amenaza de expulsión si se transgrediesen. Por tanto, la estructura psíquica de un individuo es una internalización de expectativas y percepciones lealmente aceptadas.
La lealtad es la clave para comprender la "delegación" y los consiguientes descarrilamientos.
La persona a quién se delega algo es enviada, pero a la vez está ligada a la familia por la larga cuerda de la lealtad. Las personas delegadas prueban su lealtad cumpliendo conscientemente la misión que les han encomendado, y la realización de la misión asignada origina sentimientos de autoestima.
Las "misiones encomendadas a los hijos", pueden satisfacer diversas necesidades de los padres. Puede ser que "se envíe" al hijo adolescente delegado a tener aventuras de diversa índole, generalmente para vivenciar una época de frenesí que, por diversos motivos, los padres no fueron capaces de vivir. 0, tal vez, el hijo delegado ayuda a sus padres a superar aspectos prácticos de la vida, les brinda apoyo, libra sus batallas y busca información para ellos. También es posible, que las personas delegadas sean puestas al servicio del autoideal de los padres, y así, deberán llegar a ser famosos atletas, científicos, artistas, etc. que los padres no llegaron a ser. En otros casos, el hijo delegado debe incorporar en su personalidad los aspectos negados y rechazados de la personalidad de los padres que éstos puedan tener esos aspectos rechazados a una distancia segura pero observable.
El conocimiento de los procesos de delegación permite entender por qué un delegado obediente y tratable se convierte de pronto en un sintomático obstinado y desafiante. El sintomático (por ejemplo, una niña con anorexia nerviosa) ha descubierto que el "supercumplimiento" de su tarea es un arma, un medio para castigar a los delegantes; si esa conducta no merece aprobación, por lo menos suscita una atención e interés constantes. Ahora bien, es importante comprender que los procesos de delegación no se producen en una cadena "lineal" del delegante al delegado sino que, en cambio se despliegan de manera circular. Esta característica significa que el delegado suele beneficiarse con el rol central que ocupa en la familia lo cual hace comprensible que haya resistencias para abandonar ese rol..
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