• Asignatura: Castellano
  • Autor: benjacde
  • hace 6 años

Por aquellos lejanos tiempos, Katupyry, el jaguareté, no se ocultaba en la maleza. Se paseaba por el monte a plena luz del día y disfrutaba de todo lo que animaba el espeso y verde ñandutí de ramas, hojas y troncos. En especial esa mañana se encontraba más que feliz. La luz del día que se colaba entre el follaje parecía invitarlo a una recorrida por el monte. -Soy el más fuerte y el más inteligente entre los animales pensó con satisfacción. Echó un vistazo alrededor y decidió iniciar una caminata. Rodando por los troncos de los árboles. El canto chirriante de Ñaky, la cigarra, le llegó hasta los oídos. -¡El día está perfecto! Exclamó Katupyry mientras caminaba. Percibió un leve estremecimiento en su cuerpo cuando sintió envolverse, con la suave brisa rebosante de aromas, el tibio sol que lamía su hocico y un arco iris de mariposas bailoteando en un claro del monte. Así llegó hasta donde se encontraba Ñaky, la cigarra. -¿Sabías que soy el más fuerte y el más inteligente, Ñaky?- preguntó Katupyry, dirigiéndose a la cigarra. No hay quien me iguale en astucia, en fuerza y resistencia. Por eso todos me temen, completó con arrogancia Katupyry. Ñaky percibió el tono jactancioso de Katupyry. Interrumpió su canto y se ubicó mejor en su asiento, que era una rama donde la luz del sol se derramaba en un tibio vaho. Vuelvo a leer el texto y realizo los siguientes ejercicios que se presentan a continuación. Lengua Castellana Área * * -Puede ser, puede ser dijo Ñaky, moviendo afirmativamente la cabeza. -¿Cómo que puede ser, puede ser? Interrogó, ofendido, Katupyry y remedando el tono de Ñaky. Por ejemplo, Mboreví piensa que él es el más hermoso. Personalmente creo que, en cuanto a inteligencia y resistencia a la fatiga, hay otros que no sólo pueden igualarte, sino sobrepasarte sentenció desafiante, Ñaky. Súbitamente, Katupyry sintió que la brisa se había quedado quieta. Los diversos aromas silvestres retrocedieron con la cálida lengua del sol y la danza multicolor de las mariposas. -¿Eres capaz de probar tus palabras? Inquirió Katupyry. Porque de lo contrario deberé acabar contigo, remató amenazante. -¡Por supuesto! exclamó muy orondo, Ñaky. Yo mismo soy más resistente que tú y vamos a probarlo mediante una prueba. El que se duerma primero o se deje vencer por el hombre o la sed, será el menos resistente. Aquí están Mirikiná, el mono, y la urraca, Aka’é. Ellos se turnan para ser testigos de la prueba. Katupyry aceptó el desafió y comenzó la prueba de resistencia. Pasaron las primeras largas horas de vigilia. Ñaky esperaba un momento adecuado, el cual llegó cuando Katupyry se distrajo en un ejemplar de mosca que le rodeaba. La cigarra se escurrió de su caparazón, que como es sabido, lo cambia periódicamente. Lo dejó colgando de su asiento en la rama y se dirigió hacia unas frutas amarillas que colgaban de las ramas de un árbol cercano. Ñaky se refrescó allí con el agradable jugo de pakurí. Sintió que renacía su garganta y retornó satisfecho hasta el lugar de la prueba. Con cautela y preocupación, se escondió detrás de su propia piel, y echó a dormir la siesta. Katupyry sentía que el tiempo transcurría implacable. Tenía la garganta seca y el sueño se apoderaba de sus pupilas. El día ya no le parecía tan perfecto. Echó un vistazo a su rival y éste o, mejor dicho, la cáscara vacía de su rival le observaba imperturbable. Ni siquiera pestañeaba. Katupyry se percató de que Ñaky o su cáscara vacía tampoco demostraba cansancio. Estaba allí, quieto, como si fuera una costra más del tronco. Finalmente, Katupyry se dio por vencido, y desapareció furtivamente en la maleza. Desde aquel entonces Katupyry se esconde de la luz del día para evitar las burlas de Mirikiná y Aka’é. A veces, al asomar su hocico, buscando la lengua tibia del sol, tanto el mono como la urraca llenan el monte con sus estridentes gritos. Por eso, Katupyry sólo inicia su caminata cuando desaparece el sol quiero saber cual es su inicio desenlace final

Respuestas

Respuesta dada por: mirtaedithaw
7

Por aquellos lejanos tiempos, Katupyry, el jaguareté, no se ocultaba en la maleza. Se paseaba por el monte a plena luz del día y disfrutaba de todo lo que animaba el espeso y verde ñandutí de ramas, hojas y troncos.(este seria el inicio porque se presenta el personaje y describe el lugar)

Desde aquel entonces Katupyry se esconde de la luz del día para evitar las burlas de Mirikiná y Aka’é. A veces, al asomar su hocico, buscando la lengua tibia del sol, tanto el mono como la urraca llenan el monte con sus estridentes gritos. Por eso, Katupyry sólo inicia su caminata cuando desaparece el sol ( y este seria el final ya que el conflicto ha sido resuelto)

OJALA TE AYUDE


benjacde: me ayudo GRACIAS
blancagiudice566: GRACIAS
Respuesta dada por: blancagiudice566
5

Respuesta:

Por aquellos lejanos tiempos, Katupyry, el jaguareté, no se ocultaba en la maleza. Se paseaba por el monte a plena luz del día y disfrutaba de todo lo que animaba el espeso y verde ñandutí de ramas, hojas y troncos.(este seria el inicio porque se presenta el personaje y describe el lugar)

Desde aquel entonces Katupyry se esconde de la luz del día para evitar las burlas de Mirikiná y Aka’é. A veces, al asomar su hocico, buscando la lengua tibia del sol, tanto el mono como la urraca llenan el monte con sus estridentes gritos. Por eso, Katupyry sólo inicia su caminata cuando desaparece el sol ( y este seria el final ya que el conflicto ha sido resuelto)

Explicación:

OJALA TE AYUDE

DAME CORONITA

GRACIAS

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