Respuestas
Respuesta:
espero te ayude
Explicación:
RESUMEN
Considerando a Nuestra América (1891) de José Martí, como un ensayo literario, el artículo se propone analizarlo y descomponerlo a partir de la distinción entre texto y discurso. Desde la teoría de la recepción tiene en cuenta sus zonas de indeterminación, los sentidos oscilantes y el modo en que los contextos socio históricos de recepción jerarquizan y actualizan significaciones discursivas diferentes, se revisa finalmente una lectura contemporánea antiimperialista desde sus principales exegetas, la que prevalece pero que no clausura sin embargo otras posibilidades de leerlo.
Palabras clave: ensayo; texto; discurso; contexto histórico y social; lectura; comunidad lectora; imperialismo
En varias antologías, colecciones o estudios del ensayo hispanoamericano son incluidos o mencionados como tales textos que no son originalmente ensayos y que obedecen a un género o subgénero distinto y a un contexto de producción otro: ya sea epístola, discurso o crónica de revista y periódico, subgéneros que condicionan los rasgos, el destinatario apelado y su extensión del texto2. Me refiero, entre otros, a La carta de Jamaica (1815) de Simón Bolívar; a "Indios" de Juan Montalvo, publicado en 1887 en El espectador de París, a "Nuestra América" de José Martí publicado en La Revista Ilustrada de Nueva York, 1891 y en El partido liberal, de México, 1891, y a "Menos cóndor y más huemul' de Gabriela Mistral, publicado por primera vez en El Mercurio de Santiago, el 11 de julio de 1925. No es infrecuente que la industria editorial transforme obras que no fueron en su producción concebidas como obras literarias y las inserte en un determinado género, incidiendo en su lectura, así ocurrió, por ejemplo, con la investigación periodística que realizó Truman Capote en A sangre fría y con el estudio antropológico que llevó a cabo Oscar Lewis en Los hijos de Sánchez, obras que fueron transformadas y comercializadas como novelas.
En el caso que nos ocupa cabe preguntarse: ¿A qué se debe que los textos latinoamericanos mencionados hayan sido recepcionados y leídos como ensayos por docentes, por la academia y por la industria editorial, género literario muy distinto a su génesis y al contexto en que emergen? Se trata, en primer lugar, de textos en prosa, no muy extensos, textos sugerentes que tienen una dimensión argumentativa no conceptual, que carecen de pretensión científica, disciplinar o sistemática, en los que hay un uso retórico en términos de persuasión, pero sobre todo son textos expresivos de una voz propia, única y singular, una voz creativa, con fi guras de lenguaje, metáforas, alegorías, símbolos y hasta neologismos, con toques de emocionalidad desde un "yo" que enuncia, textos que trasuntan una voluntad de estilo, y el estilo -como se sabe- es un rasgo individual y una voz personal en que se juega no solo la razón sino también el cuerpo, el género y la identidad. Son textos, en definitiva que dicen lo que dicen, pero que también dicen que son literatura.
En tanto literatura abundan en imágenes, sugerencias y meandros, en que se tocan asuntos sin agotarlos, en que se disparan flechas a las que no se les sigue la pista. Como en toda ficción hay en ellos vacíos, zonas de indeterminación, segmentos discursivos abiertos y a veces contradictorios. En Hispanoamérica han sido leídos como discursos fundacionales, como textos bisagras que cierran una etapa y abren otra: a la par que critican al pasado formulan un ideal humano y americano de larga proyección, en los que subyace la esperanza. Desde esta perspectiva son textos que inauguran una línea de pensamiento, de identidad y especificidad latinoamericana, como tal tienen intertextualidades con otros textos o discursos posteriores. Piénsese, por ejemplo, en la Carta de Bolívar y su configuración de España como madrastra, en su autoidentificación con una voz criolla que se ubica -abriendo un punto de enunciación inédito- entre los legítimos herederos del continente y los invasores foráneos, desde donde formula una utopía de integración hispanoamericana. Piénsese en "Indios" de Juan Montalvo, que se prolonga en "Nuestros indios" (1904) de González Prada, en los textos de José Carlos Mariátegui (1928) o en un cuento como "El sueño del pongo" (1965) de José María Arguedas. También en "Nuestra América" de Martí que afirma que "nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra", o que "la República no es república a no ser que lo sea de todos", y que se prolonga, entre otros, en Carlos Bunge y su Nuestra América (1918), libro cuyo esquema está inspirado en el texto de Martí. Piénsese, por último, en el texto de Gabriela Mistral que instala sutilmente un discurso feminista que hoy apela a enjambres de seguidoras.