Cubrir los bellos ojos
con la mano que ya me tiene muerto,
cautela fue por cierto,
qué ansí doblar pensaste mis enojos.
Pero de tal cautela
harto mayor ácido el bien que el daño,
que el resplandor extraño
del sol se puede ver mientras se cela.
Así que, aunque pensastes
cubrir vuestra verdad, única, inmensa,
yo os perdono la ofensa,
pues, cubiertos, mejor verlos dejastes.
Coin (froamento "Cub subraya lo que explique el poema, justificar
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nou tengou ideau amigou
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