Respuestas
Respuesta:
El señor organizaba toda la vida de su jurisdicción, el dominio rural, conformado por una importante extensión de tierras que comprendía:
Ø Las tierras del señor (tierra in dominicatum o reserva señorial): incluían las regiones más fértiles, los bosques y las praderas. Su centro era el castillo (en ocasiones podía serlo también una abadía o un monasterior). Todo lo producido quedaba para el señor.
Ø Las tierras mansonarias, integradas por las parcelas arables (predios o mansos) que trabajaban los siervos para el mantenimiento de su familia y a cambio debían pagar un tributo.
Ø La aldea campesina: comprendía la vivienda de los campesinos (por lo general, una choza de una sola habitación).
Ø Las tierras comunales: eran de uso común e incluían los pastos, las praderas y bosques. Estos fueron importantes para abastecer las necesidades económicas del señorío. Con el tiempo, los señores tendieron a reservar los bosques como coto de caza y restringir el acceso a los campesinos. Las praderas eran utilizadas para alimentar el ganado (ovejas y cabras) y los animales de tiro, como los bueyes.
Ø El castillo: eran la residencia de los señores y también el símbolo de su poder. Constituían fortalezas de defensa que permitían resistir los ataques de los enemigos y servían de protección al señor y a su familia. Estaba edificados en lugares elevados para mejorar sus funciones defensivas.
Ø Molinos: los campesinos estaban obligados a moler el grano en el molino del señor y a pagar por su uso.
Ø Hornos: los campesinos podían secar los granos en caso de cosecharlos con humedad, pero como estos pertenecían al señor debían pagar por ellos.
Ø Iglesia: los aldeanos acudían a la parroquia los días de misa, bautismos, casamientos, defunciones y en las festividades religiosas. Para el mantenimiento de la Iglesia, los campesinos debían entregar el diezmo, es decir, la décima parte de la cosecha o de los ingresos.
Ø Puentes: correspondían al señor por hallarse dentro de su dominio. Los campesinos podían utilizarlos pero debían pagar por ello. También tenían la obligación de repararlos