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Respuesta:
todo reto lleva a la necesidad de vencerlo y la necesidad es la madre de la ciencia
Esta ves te ayudo pero tu no ayudas todos miren su perfil miren lo que escribe en las respuestas de los demas eso es no ayudar pero si quieres que los demas te ayuden sea justo
A veces por vergüenza, otras por inseguridad, algunas por culpa y generalmente por miedo: en lo que a las relaciones humanas se refiere debemos asumir instancias incómodas que nos empujan a actuar justo cuando preferiríamos salir corriendo.
¿Cómo juntar fuerzas y superar aquello que nos resulta más difícil? Te presentamos 12 situaciones comunes que, aunque parezcan simples, encierran todo tipo de molestias y nos obligan a corrernos de nuestra zona de confort.
Analizalas y tené en cuenta estas pautas que te pueden ayudar a actuar en lugar de evadir los conflictos.
1 Responder a un ataque verbal. En pleno tránsito, en la cola del súper o mientras hacés un trámite. Defendé tu lugar: si no contesás, estás reforzando ese comportamiento agresivo. Intentá modificar la actitud de la otra parte: mantenete erguido, sin perder el contacto visual, y con un tono de voz medio pero firme (y siempre con educación), hacele saber que no estás de acuerdo con ese modo de trato.
2 Protestar ante un abuso. Si sólo considerás los deseos y las necesidades de los demás, es probable que te cueste denunciar una situación abusiva. Defendé tus derechos sin perder tu postura y animate a decir lo que te molesta con educación y respeto.
3 Aclarar un malentendido. Si ha habido una situación confusa con un amigo o un colega, preguntá directamente qué ocurrió, exponiendo tus sentimientos. No emitas juicios antes de tener información suficiente ni actúes por suposiciones, porque sólo vas a embarrar el terreno. Expresarse con claridad y sin vueltas es la clave.
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4 Terminar una relación conflictiva. Buscá el momento oportuno y ponele fin al vínculo con ese amigo, vecino o compañero que te trae dolores de cabeza. Escogé palabras sencillas y frases cortas, y evitá las recriminaciones. Lo mejor es ir al grano; así no vas a poder volver atrás ni dejarte manipular.
5 Lidiar con un susceptible. No pierdas el control, pero tampoco te calles para cuidar al otro. Si se enoja o tergiversa tus palabras, respirá hondo y restale importancia a sus quejas. Es importante que no le prestes demasiada atención y de ese modo evitarás entrar en discusiones recurrentes que no van a llegar a ningún lado.
6 Decir "no" sin culpas. Expresá tus pensamientos sin excusarte ni disculparte, porque esta postura la dará al otro herramientas para reproches injustos. Sé firme: ante cualquier propuesta, es tu derecho tanto aceptar como decir que no. No bajes los ojos y mantené un tono de voz firme (ni agresivo ni sumiso). ¡Hacete valer!
7 Pedir un ascenso. Es clave que te sientas seguro de cuánto aportás a la empresa. Elegí el momento apropiado: no abordes a tu jefe cuando está apurado y evitá los lunes, día en el que todos estamos sobrecargados y distraídos. Lo mejor es solicitar una entrevista y aprovechar una conversación de trabajo para explicarle tus aspiraciones. Resumí tu discurso en dos o tres frases, siempre con un tono amable y relajado.
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8 Entablar nuevos vínculos. Si estás en una reunión y hay gente con la que te gustaría entablar una amistad, es importante que te comportes de forma natural, con buen humor y sinceridad. Interesate por los otros sin ser hermético, dando vos también información sobre tu vida y tus gustos. Más adelante, cuando se haya iniciado el vínculo, animate a proponer: no esperes a que te inviten siempre, a veces es bueno dar el primer paso.
9 Discrepar sin discutir. Primero hablá, de manera serena, y luego dedicá el mismo tiempo y energía a escuchar. Cada cual tiene que tener su espacio para exponer su punto de vista sin interrupciones. Procurá ser conciso y no derivar la conversación en otras cuestiones o reproches antiguos. Un tema a la vez, se puede discrepar con madurez.
10 Hablar en público. Prepararte previamente es central: conocé bien el tema a desarrollar. Dividí en partes el discurso, escribite un guión y ensayalo en voz alta. Rodeate de pensamientos positivos como "soy capaz de hacerlo" y "voy a cautivar a mi audiencia". Antes de empezar, respirá profundamente para ganar relajación.
11 Pedir un favor. Los demás no están obligados a darse cuenta de lo que necesitamos, por muy obvia que sea la situación. Animate a contar con quienes te rodean, del mismo modo en que ellos pueden contar con vos. Expresá tu demanda de manera concisa, en un tono natural, sin titubeos y sin excusas. No estás haciendo nada malo con intentar un pedido. El otro siempre puede decir que no, y es importante que si así sucede, también lo aceptes con naturalidad y sin ofenderte.