Respuestas
34 Y mientras él decía esto, vino una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar ellos en la nube.
35 Y vino una voz desde la nube, que decía: aEste es mi Hijo Amado; a él oíd.
36 Y cuando cesó aquella voz, Jesús fue hallado solo. Y ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron nada a nadie de lo que habían visto.
37 Y aconteció al día siguiente que, cuando hubieron bajado ellos del monte, una gran multitud les salió al encuentro.
38 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó, diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, que es el único que tengo.
39 Y he aquí un espíritu le toma, y de repente da voces; y le sacude y le hace echar espumarajos, y magullándole, difícilmente se aparta de él.
40 Y rogué a tus discípulos que lo echasen fuera, pero no pudieron.
41 Y respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros y os he de soportar? Trae acá a tu hijo.
43 Y todos estaban atónitos de la agrandeza de Dios. Y maravillándose todos de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos:
Explicación:
Se envía a los Doce a predicar — Jesús alimenta a cinco mil — Pedro testifica de Cristo — Jesús predice Su muerte y Su resurrección — Se transfigura en el monte — Sana y enseña.
1 Y reuniendo a sus doce adiscípulos, les dio poder y bautoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades.
2 Y los envió a apredicar el reino de Dios y a bsanar a los enfermos.
3 Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan ni dinero; ni llevéis dos túnicas cada uno.
4 Y en cualquier casa en que entréis, hospedaos allí y de allí salid.
5 Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad y asacudid el bpolvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.
6 Y saliendo, recorrían todas las aldeas, anunciando el evangelio y sanando por todas partes.
7 Y aHerodes, el tetrarca, oyó todas las cosas que hacía Jesús; y estaba perplejo, porque decían algunos: Juan ha resucitado de los muertos;
8 y otros: Elías ha aparecido; y otros: Algún profeta de los antiguos ha resucitado.
9 Y dijo Herodes: A Juan yo le hice decapitar. ¿Quién, pues, será este de quien yo oigo tales cosas? Y procuraba verle.
10 Y cuando los apóstoles regresaron, ale contaron todas las cosas que habían hecho. Y tomándolos, se retiró aparte, a un lugar bdesierto de la ciudad que se llama Betsaida.
11 Y cuando lo supo la gente, le siguió; y él los recibió, y les hablaba del reino de Dios y sanaba a los que tenían necesidad de ser sanados.
12 Pero el día había comenzado a declinar; y acercándose los doce, le dijeron: Despide a la multitud, para que vayan a las aldeas y a los campos de alrededor, y se alojen y consigan alimentos, porque aquí estamos en un lugar desierto.
13 Y les dijo: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta multitud.
14 Y eran como acinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: Hacedlos sentar en grupos de cincuenta en cincuenta.
15 Y así lo hicieron, haciéndolos sentar a todos.
16 Y tomando los cinco panes y los dos pescados, mirando al cielo, los bendijo, y los partió y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante de la gente.
17 Y comieron todos y se saciaron; y recogieron lo que les sobró, doce cestas de lo que sobró.
18 Y aconteció que mientras él estaba orando, estaban con él los discípulos; y les preguntó, diciendo: ¿Quién dice la gente que soy yo?
19 Y ellos respondieron y dijeron: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; y otros, algún profeta de los antiguos que ha resucitado.
20 Y les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy yo? Entonces respondiendo Pedro, dijo: El aCristo de Dios.
21 Pero él, advirtiéndoles, les mandó que a nadie dijesen esto,
22 diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas y sea adesechado por los ancianos, y por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto y resucite al tercer día.
23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su acruz cada día y sígame.
24 aPorque todo el que quiera salvar su vida, la bperderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará.
25 Pues, ¿qué aprovecha al hombre si gana todo el mundo y se pierde o se destruye a sí mismo?
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Explicación: