Respuestas
Respuesta:
siglo XV, Europa aún atravesaba las repercusiones de la crisis
del siglo anterior. Además de la dramática disminución demográfica
—provocada en gran medida por la peste negra—, el viejo continente
debía enfrentar los problemas intrínsecos del modelo de acumulación
feudal, vinculados con los límites de la productividad y a la creciente
movilidad social del campesinado. Estos factores habían determinado una
disminución importante de los ingresos de una aristocracia que competía entre
sí por los recursos y por el poder. El acceso a las especias —necesarias para la
conservación de los alimentos—y a bienes exóticos y suntuarios provenientes
del Oriente —imprescindibles para mantener el estatus de esa nobleza— se
hacía cada vez más difícil. El carácter monopólico del comercio (controlado
por genoveses y venecianos en asociación con los musulmanes) y la presencia
de los turcos-otomanos en el Mediterráneo, produjeron que los reinos ibéricos
quedaran en una difícil posición para acceder a aquellos mercados a través de
la ruta tradicional.
Pero la ubicación geográfica de la Península Ibérica permitió a estos reinos
ser pioneros en la expansión hacia el oeste.