Respuestas
Celebrar las fiestas. Eran importantes porque en ellas el pueblo se reunía y reforzaban
su fe común.
‒ La fiesta de la Pascua. Celebraban la liberación de la esclavitud de Egipto.
Acudían unos 200.000 peregrinos a Jerusalén. La tarde del 14 de Nisán se
inmolaban en el Templo los corderos que las familias comían después de
ponerse el sol. La fiesta se prolongaba durante ocho días.
‒ Pentecostés. Cincuenta días después de la Pascua, fue primero la fiesta de la
cosecha, pero después pasó a ser la fiesta del don de las Tablas de la Ley en el
Sinaí, fiesta de la renovación de la Alianza.
‒ La fiesta de las Tiendas o de los Tabernáculos. Era más espectacular. Para
recordar la estancia del pueblo en el desierto, cada familia se hacía una choza
de ramaje en los alrededores de la ciudad.
El Templo. El Templo de Jerusalén era el otro polo de la vida judía. En él se celebraba a
diario el culto a Yavé, los sacerdotes desempañaban las tareas litúrgicas y ofrecían los
sacrificios. El Templo significaba la presencia permanente del Señor en medio de su
pueblo.
La Ley. Fue dada por Dios a Moisés; debía ser explicada y adaptada a las circunstancias
cambiantes de la vida. Ello dio lugar a las Ley oral o tradiciones de los padres. El
trabajo de interpretación de la Ley escrita fue realizado por los escribas, que ejercían
funciones de teólogos y juristas.
El sábado. Es la práctica más sagrada. El descanso estricto, con ciertas actividades muy
limitadas y minuciosamente reglamentadas, tenía que permitir al hombre descansar y
alabar a Dios.
La sinagoga. La palabra “sinagoga” significa “reunión de los creyentes”. Esta palabra
pasó luego a designar el edificio en donde se reúne la comunidad. Más aún que el
Templo, lejano para muchos y a donde sólo iban en las fiestas, es el lugar donde se
vive la fe del pueblo. EL culto comprende una lectura de la Ley, iluminada por un texto
de los profetas y seguida por una homilía.