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La historia real que Mel Gibson ha reflejado en la pantalla no es muy distinta de lo que sucedió en la realidad, pero por lo que se sabe de Desmond Doss era algo que se podía prever si tenemos en cuenta de dónde procedía. Nacido en Lynchburg (Virginia), sus padres, Tom y Bertha, le criaron bajo la doctrina y las creencias de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Con este entorno Desmond estuvo desde muy pequeño influenciado por la Biblia y sus enseñanzas, particularmente por el mandamiento de no matar, algo que llevaría al límite durante toda su vida.
En 1943, con 24 años, se presentó voluntario al Ejército pero hasta allí se llevó sus creencias de no matar. Era lo que se llamaba un objetor de conciencia aunque él solía decir que era un “cooperador de conciencia” y que de esa manera podía servir a Dios y a su país. Lo cierto es que en cualquier caso normal el hecho de negarse a disparar o participar en la batalla matando al enemigo le habría costado un consejo de guerra. Sin embargo, en favor de Desmond jugaron dos factores: el hecho de presentarse voluntario y su militancia en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que no era asunto baladí en aquella época.
Como única salida a tan peculiar problema fue incluirle en el cuerpo médico de la 77 División de Infantería, que fue destinada a Okinawa. A partir de ahí todo lo que cuenta Gibson. En mayo de 1945, los marines realizaron un asalto anfibio a la isla de Ryukyu de Okinawa. Un batallón fue enviado a tomar una posición japonesa sobre un acantilado de 150 metros. Tras escalar aquella pared, se encontraron con que los japoneses les estaban esperando con un fuego cruzado. Los marines caían a decenas y Doss, que veía a sus compañeros acribillados, se lanzó a rescatar a todo el que podía mientras que la mayoría se refugiaban en los rincones más recónditos, que eran mínimos.
Balazos por doquier
Doss sacó de aquel infierno a 75 soldados bajo el tiroteo japonés y los fue llevando hasta el borde del acantilado desde donde serían bajados con cuerdas. Iba solo por lo que cada viaje que hacía entre la lluvia de acero, como llamaron los japoneses a la batalla de aquellos días, traía a un compañero. Unas veces traía a cuatro, luego a otros cinco, y así sucesivamente. Durante varios días continuó atendiendo a los heridos menospreciando el peligro que le rodeaba, hasta que el 21 de mayo, cerca de Shuri, fue alcanzado en las piernas por la metralla de una granada y estuvo cinco horas esperando a que le encontraran.
Cuando estaba a punto de ser evacuado en una camilla, Doss vio a otro soldado que estaba peor que él y dejó la camilla para que la ocupase su compañero. Entonces, recibió un disparo en un brazo que le fracturó un hueso. Sin poder ponerse en pie, herido en un brazo y sin que nadie pudiese ayudarle, rompió finalmente su juramento y cogió un fusil pero fue para entablillarse el brazo y lograr llegar hasta el hospital de campaña.…
Lo que antes habían sido burlas se convirtieron en respeto y luego en leyenda. Él dice que salvó a 50 compañeros, pero el Ejército asegura que fueron cien. Luego llegaron las medallas y los honores. No fue solo la Medalla de Honor del Congreso sino que pusieron su nombre a rutas, plazas, centros médicos... Así el 10 de julio de 1990, una sección de la Autopista de Georgia, entre la Autopista US 27 y la Autopista de Georgia 193, en el Condado de Walker, pasó a denominarse "Autopista Medalla de Honor Desmond T. Doss".
Lo que antes habían sido burlas se convirtieron en leyenda
El 20 de Marzo de 2000, Doss apareció ante la Cámara de Representantes de Georgia y recibió una mención especial en honor a sus heroicos logros en nombre de su país. En julio de 2008, la casa de huéspedes del Centro Médico militar Walter Reed, en Washington, fue rebautizado con el nombre Doss Memorial Hall. El 30 de agosto de 2008, un tramo de dos millas de la Ruta Estatal de Alabama 9, en Piamonte, fue renombrado el "Desmond T. Doss, Sr. Memorial Highway”. En su ciudad natal, Lynchburg, Virginia, una parte de la Ruta 501, cerca de el Parque Peaks View, lleva su nombre. Allí, los veteranos de guerra del lugar, aun honran a este héroe decorando este tramo de carretera varias veces al año, cuando se aproximan días festivos patrióticos, y en especial, el Día de los Caídos.
Doss volvió del Pacífico con tuberculosis y acabó perdiendo un pulmón. También se quedó sordo por una sobredosis accidental de antibioticos y finalmente murió el 23 de marzo de 2006 a la edad de 87 años.
Explicación:
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