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Quieres escribir una historia de misterio, tienes una idea guay, ya has pensado hasta quién va a ser el detective y cómo va a atrapar al asesino, pero… ¿has decidio cuál será el narrador de tu novela policíaca? A la hora de escribir una novela, una de las decisiones más importantes que debemos hacer como escritores es la de elegir el tipo de narrador que va a contar la historia y la voz narrativa que conviene en cada caso. Una voz que debe ser distinta según las necesidades de la novela y también según el tipo de personaje que la narre.
El narrador en la novela policíaca
Pues de eso vamos a hablar hoy en esta entrada. Si crees que esto del narrador no va contigo ni es importante, no pierdas el tiempo, márchate ya. Si no lo crees, quédate conmigo, porque tenemos algunas cositas que decir respecto a la elección del narrador en una novela policíaca.
¿Vamos a ello?
El narrador en la novela policíaca
El punto de vista
En el caso del género policíaco, esta decisión, de hecho, es crítica puesto que el autor debe jugar limpio con el lector en todo momento y, por tanto, ha de suministrarle la información necesaria para que pueda resolver el crimen.
Por ello, el punto de vista desde el que hayas decidido que se va a contar la historia debe ser uno que tenga acceso a la información que necesitas ir proporcionándole al lector. En palabras simples: esa esa voz ha de conocer todos los elementos indispensables que hay que darle al lector para que pueda resolver el caso.
Cuando nos enfrentemos a esta tarea, veremos que, a efectos prácticos, contamos con dos posibles puntos de vista. Podemos escribir en primera persona o en tercera.
Veamos las ventajas y desventajas de cada uno de ellos.
El narrador en primera persona
Cuando empezamos a escribir, escribir en primera persona nos resulta una voz fácil con la que expresarnos. Bajo el pronombre personal “yo”, nos movemos con mucha mayor facilidad a la hora de crear la historia.
Es, además, una voz fuerte, en el sentido de que está presente no sólo como una voz que el lector oye de fondo, sino como una persona real que toma parte en los hechos que se están narrando, ya sea porque ese “yo” corresponde a la figura del detective, ya porque esté encarnado en un personaje que realiza la labor de observador y va contando lo que ve. El personaje del doctor Watson que Conan Doyle eligió como acompañante de Sherlock Holmes y narrador de sus aventuras es un perfecto ejemplo de este observador del que hablamos.
Algunas ventajas
El narrador en primera persona nos proporciona como escritores algunas ventajas a la hora de contar la historia.
Por ejemplo, aporta una inmediatez que un narrador en tercera persona no lograría activar en la historia. Metido en la piel de ese narrador que habla bajo un “yo”, el lector se siente mucho más partícipe de las aventuras que está leyendo, puesto que se identifica con ese “yo”, desde el que resulta infinitamente más sencillo transmitir las emociones.
El lector se siente parte del protagonista, ve y oye por sus ojos y oídos, asiste a todos y cada uno de sus pasos en primera persona. No se los cuenta nadie, el lector los vive, es un espectador directo. Por tanto, como se apuntaba un poco más arriba, el narrador en primera persona hace del lector su propio cómplice. Un “colaborador” comprometido y fiel.
Algunas desventajas
Sin embargo, narrar la historia en primera persona también conlleva algunos inconvenientes, sobre todo a la hora de urdir la trama ya que en este caso sólo contaremos con ese personaje que habla bajo un “yo” para transmitir al lector todas las pistas que necesita para resolver el caso pero, como es obvio, ese “yo” no puede estar en todas partes al mismo tiempo, de modo que ¿cómo podremos darle al lector toda esa información imprescindible que le permita llegar a la resolución del crimen?
La única forma es que cada uno de los elementos indispensables que ha de conocer el lector debe llegar al conocimiento del narrador en primera persona bien porque es testigo él mismo de los acontecimientos, bien porque alguien más se los cuenta. Y esto puede poner más de una zancadilla nuestro trabajo cuando estamos planificando la trama de la historia.
El narrador de la novela policiaca - puntos de vista
Una solución para salvar algunos de estos inconvenientes es la de utilizar más de un punto de vista. Es decir, hacer que la narración no recaiga sobre un único “yo”. Podemos contar la historia en primera persona utilizando varios personajes para que nos la narren desde su “yo”. De esta manera, tendremos acceso a lugares a los que no puede acceder unos de los personajes, pero sí otro de ellos. E incluso es posible utilizar el punto de vista en primera persona para algunos pasajes de la novela y el de tercera para otros.