Lee y analiza los siguientes textos. Luego, haz lo que se solicita.
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar no lloro,
y a veces, lloro sin querer.
Rubén Darío
Hoja seca solitaria
que vi tan lozana ayer,
¿dónde de polvo cubierta
vas a parar? No lo sé.
Lejos del nativo ramo
me arrastra el cierzo cruel
desde el valle a la colina,
del arenal al vergel.
Juan Nicasio Gallego
¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que la alborada!
¡Oh noche que juntaste!
Amado con amada,
amada en el amado transformada!
San Juan de la Cruz
¡Cállate la boca!
Sus ojos son como dos luceros que me
iluminan.
¿Con qué palabras contaré esta tan espantosa hazaña... o con qué razones la haré creíble a los siglos venideros...?
Miguel de Cervantes
Resuelve:
• Identifica las figuras literarias, tanto las estudiadas en esta guía como las que ya conocías.
• Explica el mensaje y la intención de cada muestra.
Respuestas
Respuesta:
Figuras Literarias:
Retruécano : El retruécano consiste en la reordenación de los elementos de una oración en una oración subsiguiente. De esta inversión resulta un nuevo sentido, que contrasta con el de la primera oración. Por ejemplo: “Cuando quiero llorar, no lloro,/ ¡y a veces lloro sin querer!”.
Alegoría : Es la representación una idea o concepto mediante un conjunto de imágenes alusivas o metafóricas. En este poema, en dos ocasiones la situación amor-desengaño es planteada mediante alegorías. Por ejemplo:
“En sus brazos tomó mi ensueño/ y lo arrulló como a un bebé…/ y le mató, triste y pequeño,/ falto de luz, falto de fe…”
“Otra juzgó que era mi boca/ el estuche de su pasión/ y que me roería, loca, con sus dientes el corazón”.
Hipérbaton : Se altera el orden corriente de las palabras para aumentar su expresividad. Observamos varios en este poema. Por ejemplo:
“Plural ha sido la celeste/ historia de mi corazón”.
“Pues a su continua ternura/ una pasión violenta unía./ En un peplo de gasa pura/ una bacante se envolvía…”
Metáfora : Es la relación sutil que se establece entre dos ideas o imágenes. Por ejemplo:
“Juventud, divino tesoro”.
“Era su cabellera obscura/ hecha de noche y de dolor”.
Símil : Establece una comparación entre dos elementos en el texto. Por lo general, viene introducido por elementos de relación. Por ejemplo:
“Miraba como el alba pura;/ sonreía como una flor”.
“Yo era tímido como un niño”.
Encabalgamiento : El encabalgamiento se produce cuando una frase queda a caballo entre dos versos, pues la pausa del verso no coincide con la pausa morfosintáctica. Por ejemplo:
“Era una dulce niña, en este/ mundo de duelo y aflicción”.
“La otra fue más sensitiva,/ y más consoladora y más/ halagadora y expresiva”
Epíteto : Es un adjetivo calificativo que resalta las características del sustantivo, otorgándole mayor expresividad. Por ejemplo: “Divino tesoro”.
Sinestesia : Es una figura retórica que consiste en mezclar diferentes tipos de sensaciones o percepciones, sean visuales, auditivas, táctiles, olfativas o gustativas. Por ejemplo:
“Celeste historia”.
“Dulce niña”
Prosopopeya : La Juventud es tratada como si se tratara de un ser animado. Por ejemplo: “Juventud (…),/ ¡ya te vas para no volver!”
Apóstrofe : La voz poética se dirige o interpela a la Juventud, en lo cual podemos observar una actitud apostrófica. Por ejemplo: “Juventud, divino tesoro/ ya te vas para no volver”.
Explicación:
“Canción de otoño en primavera” es un poema que habla sobre la juventud perdida, sobre las ilusiones y el paso del tiempo.
Es un poema donde la voz poética, desde una edad ya madura, se mueve entre la añoranza del pasado y los viejos amores, y el desencanto ante la vida, que entra en el duro ocaso de la vejez, dejando atrás la juventud.
El propio título recoge dos metáforas muy claras al respecto: la del otoño como ocaso de la vida, como llegada de la vejez, y la de la primavera como juventud, verdor y lozanía de la vida.
Una de las cosas por las cuales el poema es más conocido es por su famoso estribillo, que se repite varias veces, otorgándole gran musicalidad: “Juventud, divino tesoro,/ ¡ya te vas para no volver!/ Cuando quiero llorar, no lloro.../ y a veces lloro sin querer”.
Entre cada estribillo, son referidas las experiencias amorosas de la voz poética, que van de la inocencia al desengaño y los excesos, para finalizar concluyendo amargamente que ya “no hay princesa que cantar”.
Contrasta con la melancolía de su tema la musicalidad de su ritmo y el estilo preciosista de su lenguaje, con imágenes límpidas, fulgurantes y de gran belleza