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Por “neobatllismo” se conoce en Uruguay a la política promovida por Luis Batlle Berres (sobrino de José Batlle y Ordoñez) cuando accedió a la presidencia en agosto de 1947, durante su gobierno hasta 1951 y el predomino de su sector político en los gobiernos del Partido Colorado hasta 1959. Luis Batlle era partidario del intervencionismo estatal y de una amplia legislación social. El eje de la política económica neobatllista fue la promoción de la industria. Para ello, el gobierno utilizó un conjunto de “herramientas” económicas, como créditos baratos, exenciones fiscales y subsidios, que dieron impulso a la industria de bienes de consumo. Este desarrollo imprimió dinamismo a otros sectores, como el comercio y los servicios, generando em pleo. Entre 1945 y 1955 llegó incluso a tomar impulso la industria eléctrica, la metalúrgica y la de derivados del petróleo.
Como toda América Latina, Uruguay pensaba que el desarrollo era un proceso lineal, al que se llegaba mediante la industrialización. Se adoptó un modelo de industrialización por sustitución de importaciones (modelo ISI) que requería una intervención directa del Estado en la economía. El Estado se convirtió en el gran inversor, asumiendo emprendimientos económicos en el sector energético, metalúrgico, químico, u otros rubros considerados estratégicos, como las obras públicas o los servicios públicos.
Además, para el neobatllismo, la prosperidad debía promover una sociedad justa. Esta no se generaba automáticamente por el libre juego del mercado; el Estado debía plantear medidas que permitieran una distribución más equitativa del ingreso. Así, se continuó la legislación laboral iniciada en los años cuarenta, propiciando acuerdos tripartitos (Estado-empresarios-trabajadores), aumentos salariales, la subvención a los productos de la canasta básica y el apoyo a la salud y la enseñanza pública. En el contexto de la guerra fría, no dejaba de ser otra forma de oponerse al avance de las ideas socialistas. Luis Batlle afirmaba que “apresurarse a ser justos es luchar por el orden”. Esta definición planteaba anticiparse a los conflictos sociales para evitar la lucha de clases.