• Asignatura: Historia
  • Autor: luurey
  • hace 6 años

que dio cada uno de los siguientes personajes: Juan Ginés de Sepúlveda, Francisco de Vittoria y Fray Bartolomé de las Casas?

Respuestas

Respuesta dada por: dalessandro2009
0

Respuesta:

De Jorge Eliécer Gaitán no existe en Bogotá ni siquiera una estatua. O bueno, sí: hay una, pero horrorosa, y en mal sitio. Lo cual está muy bien: Gaitán era horroroso ( El Negro Gaitán, lo llamaban con horror, aunque era más bien aindiado, las oligarquías europeizantes); y estaba en mal sitio (con el pueblo , en muy variadas acepciones de la palabra). Por eso lo mataron. Un asesinato que, según la frase consagrada, partió en dos la historia del país . Un asesinato que, medio siglo más tarde, no ha sido resuelto todavía. No ha sido resuelto ni siquiera en el más estricto sentido de la investigación penal. Treinta años de averiguaciones judiciales, antes de que por fin se diera por cerrado el caso al cabo de decenas de miles de folios, no pudieron dar cuenta ni de los motivos del crimen, ni de sus propósitos, y casi ni siquiera de la identidad del autor material, despedazado por la muchedumbre, desnudo su cadáver ante el palacio presidencial pero ataviado no con una, sino con dos c

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Por: ANTONIO CABALLERO 21 de diciembre 1997 , 12:00 a. m.

Voz del pueblo Oraciones, y multitudinarias: ni discursos escritos, ni charlas académicas. Oraciones que tenían mucho, de acuerdo con lo que cuentan quienes asistieron a ellas, de ritual mágico-religioso, durante el cual una misteriosa carga eléctrica saltaba del orador a los oyentes, y recíprocamente, y los transfiguraba a ambos; y que por ese mismo rasgo de inmediatez física no se entienden escuchadas en grabación muchos años después, de la misma manera que la televisión es incapaz de transmitir la emoción de la faena de un torero en una plaza de toros. (Gaitán fue el primer político colombiano que hizo concentraciones, incluso la del lanzamiento de su candidatura presidencial, en la plaza de toros). Oídos, o leídos, los farragosos discursos de Gaitán no parecen gran cosa, y su impacto sobre la muchedumbre resulta incomprensible. Había que estar ahí.

Explicación:

Respuesta dada por: ffabrizio2020
0

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Jorge Eliécer Gaitán no existe en Bogotá ni siquiera una estatua. O bueno, sí: hay una, pero horrorosa, y en mal sitio. Lo cual está muy bien: Gaitán era horroroso ( El Negro Gaitán, lo llamaban con horror, aunque era más bien aindiado, las oligarquías europeizantes); y estaba en mal sitio (con el pueblo , en muy variadas acepciones de la palabra). Por eso lo mataron. Un asesinato que, según la frase consagrada, partió en dos la historia del país . Un asesinato que, medio siglo más tarde, no ha sido resuelto todavía. No ha sido resuelto ni siquiera en el más estricto sentido de la investigación penal. Treinta años de averiguaciones judiciales, antes de que por fin se diera por cerrado el caso al cabo de decenas de miles de folios, no pudieron dar cuenta ni de los motivos del crimen, ni de sus propósitos, y casi ni siquiera de la identidad del autor material, despedazado por la muchedumbre, desnudo su cadáver ante el palacio presidencial pero ataviado no con una, sino con dos c

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Por: ANTONIO CABALLERO 21 de diciembre 1997 , 12:00 a. m.

Voz del pueblo Oraciones, y multitudinarias: ni discursos escritos, ni charlas académicas. Oraciones que tenían mucho, de acuerdo con lo que cuentan quienes asistieron a ellas, de ritual mágico-religioso, durante el cual una misteriosa carga eléctrica saltaba del orador a los oyentes, y recíprocamente, y los transfiguraba a ambos; y que por ese mismo rasgo de inmediatez física no se entienden escuchadas en grabación muchos años después, de la misma manera que la televisión es incapaz de transmitir la emoción de la faena de un torero en una plaza de toros. (Gaitán fue el primer político colombiano que hizo concentraciones, incluso la del lanzamiento de su candidatura presidencial, en la plaza de toros). Oídos, o leídos, los farragosos discursos de Gaitán no parecen gran cosa, y su impacto sobre la muchedumbre resulta incomprensible. Había que estar ahí.

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