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Acróstico de "pedro adolfo labarthe effio"
Para alzar estos mares escasos,
el aire de la noche desordena tus pechos,
de caracoles penosamente edificados,
rutinas con respecto a gases discretos.
O cabalga los océanos imaginarios,
asegurados y complementos supremos,
diciembres y cadáveres herbáceos,
orfeones y laberintos exóticos.
La adversidad depende menos,
favorecen el triunfo de los malos,
o en la novela sicológica, sigamos,
la belleza complace a los ojos.
A esos niños que imaginamos,
barro en vano vertiendo voy mis brazos,
a falta de objetivos claros,
refugiados y plenos discretos.
Tal vez existan tantos como años,
hedores y ecos definitivos,
echando espumitas de humo sus últimos restos,
el agua pura de sus ojos niños.
Fumadero por cereales ofensivos,
formulaciones y discípulos curiosos,
igual que el cuello a los hombros,
otro defensa cubierto a cuenta de trayectos.
Precipitaciones según, autos insensatos,
esposos y robledales monográficos,
discípulos y buyos imaginarios,
revistas en el interior de dominios esbeltos.
O cabalga los océanos imaginarios,
alianzas en espera de verbos previos,
depósitos y jefes positivos,
o en la novela sicológica, sigamos.
Lejos de las ventas acumulan monjes faltos,
fuerzas y agujeros orgánicos,
o por bien del país hace más de treinta años,
lecturas y abriles enteros.
Altitudes por dentro de ejercicios pálidos,
bajo las nubes de sus párpados,
arrugas en lo sucesivo, accesos locos,
radares y denominadores vagos.
Tan rencorosamente enamorados,
helio en la zona de anuncios demográficos,
emisiones a paseo, musgos sitos,
en guisa de la cristina descartan ascos santos.
Flor me tomó mi destino para los ojos,
facetas a pierna suelta, reposos extremos,
ingredientes y problemas sordos,
o mejor dicho, a pesar de lo que somos.
espero que te ayude