Qué consecuencias puede tener una persona si se deja llevar por esas emociones de manera desbordada sin limites
Respuestas
Explicación:
Reprimir emociones no es la solución para que se marchen. ¿Te has planteado, cuántas veces al día, reprimes tus emociones? O por el contrario ¿Te has parado a pensar cómo tus emociones te desbordan intensamente sin control alguno? ¿Sabes qué emoción estás sintiendo ahora mismo? ¿Podrías ponerle nombre? Nuestro cuerpo a través de la sensación nos va dando pistas de qué emoción traemos, pero para cada persona una sensación puede estar relacionada con una emoción diferente. Poder prestar atención a nuestras emociones, en el momento, nos ayuda a comprendernos mejor, a ponerles nombre y también a poder regularlas posteriormente. O más bien, dejar que fluyan, para que se autoregulen.
La represión aprendida de nuestras emociones
Culturalmente nos hemos educado a guiarnos “racionalmente”, bajo el lema “pienso, luego existo”, restando importancia a las emociones. A nivel social, las emociones han sido etiquetadas y estigmatizadas como positivas (alegría, sopresa, curiosidad) o negativas (dolor, rabia, miedo, tristeza). Durante muchos años hemos estado bajo esa mirada, y bajo este paradigma. Las emociones, eran algo tabú, y había que reprimirlas, negarlas, camuflarlas o calmarlas como fuera, para que no se notasen. Expresiones tales como: No llores, sé fuerte, no tengas miedo, ¿te suenan? A mí mucho.
Respuesta:
Existen 4 tipos de emociones básicas que han evolucionado hacia el resto de sentimientos más complejos. Estas emociones son enfado, miedo, alegría y tristeza.
Existen algunas situaciones a las que nunca podrás acostumbrarte. Si todo te va mal, difícilmente podrás dejar atrás la sensación de miedo o ansiedad. Sin embargo, las emociones positivas suelen desaparecer a lo largo del tiempo. No importa cuanto dinero te toque en la lotería o cuán enamorado estés: las emociones positivas como el placer siempre terminan disminuyendo.
De hecho, en un estudio se determinó que la emoción que dura más es la tristeza. En concreto, dura hasta 4 veces más que la alegría.
En base a este panorama parece realmente necesario poder gestionar la intensidad de tus emociones para no sufrir tanto. A continuación encontrarás una lista de las técnicas que no han demostrado ninguna eficacia y las que sí.
Por eso debes aprender a actuar antes. Tienes que acostumbrarte a detectar aquellas señales que te indican que vas camino de no poder dominar tus emociones.
Esta es la única forma en que serás capaz de detener el proceso (o retrasarlo) antes de que sea demasiado tarde. Una vez las emociones te dominan, eres poco más que una bestia acorralada.
Explicación:
gracias por leer