Respuestas
Respuesta:
La continua extensión de las periferias urbanas y el progresivo abandono de sus cascos históricos, es cualquier cosa menos sostenible, y tampoco tiene mucho de racional ni meditado. Lamentablemente, esto es una constante en nuestra ordenación del territorio y, por tanto, de la expresión espacial de la política económica, social, cultural y ecológica de nuestra sociedad.
Cualquier sistema que pretenda la gestión sostenible del territorio debería proscribir la vulgar acepción de urbanizar[1], puesto que es una actividad que causa desmedido impacto ambiental, al consistir básicamente en eliminar suelo rústico mediante un desproporcionado consumo de recursos escasos.
Es por ello que, dentro de un marco económico que tenga la pretensión de perdurar[2], la única propuesta urbanística sensata consiste en limitar drásticamente la expansión del suelo urbano y mejorar la gestión y calidad del existente, conservándolo y rehabilitándolo con materiales y técnicas que causen mínimo impacto ambiental.
Y estos materiales y técnicas de urbanización deben:
responder a un diseño estricto y a un programa riguroso
implicar en su ejecución mínimos consumos energéticos
posibilitar un sencillo mantenimiento de elementos e infraestructuras
permitir soluciones duraderas[3]
colaborar en la gestión de residuos, especialmente, aquellos voluminosos[4].
Este texto recoge criterios de diseño y propuestas sobre materiales y técnicas constructivas cuya utilización reduciría significativamente el impacto ambiental asociado a la práctica urbanizadora convencional.
Explicación:
Respuesta:
La continua extensión de las periferias urbanas y el progresivo abandono de sus cascos históricos, es cualquier cosa menos sostenible, y tampoco tiene mucho de racional ni meditado. Lamentablemente, esto es una constante en nuestra ordenación del territorio y, por tanto, de la expresión espacial de la política económica, social, cultural y ecológica de nuestra sociedad.
Cualquier sistema que pretenda la gestión sostenible del territorio debería proscribir la vulgar acepción de urbanizar[1], puesto que es una actividad que causa desmedido impacto ambiental, al consistir básicamente en eliminar suelo rústico mediante un desproporcionado consumo de recursos escasos.
Es por ello que, dentro de un marco económico que tenga la pretensión de perdurar[2], la única propuesta urbanística sensata consiste en limitar drásticamente la expansión del suelo urbano y mejorar la gestión y calidad del existente, conservándolo y rehabilitándolo con materiales y técnicas que causen mínimo impacto ambiental.
Y estos materiales y técnicas de urbanización deben:
responder a un diseño estricto y a un programa riguroso
implicar en su ejecución mínimos consumos energéticos
posibilitar un sencillo mantenimiento de elementos e infraestructuras
permitir soluciones duraderas[3]
colaborar en la gestión de residuos, especialmente, aquellos voluminosos[4].
Este texto recoge criterios de diseño y propuestas sobre materiales y técnicas constructivas cuya utilización reduciría significativamente el impacto ambiental asociado a la práctica urbanizadora convencional.
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