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Nota del editor: Raúl Maldonado es CEO, cofundador y estratega de producto de Enova; es ingeniero químico por el Tecnológico de Monterrey. Como científico, fue nombrado Entrepreneur of The Year por Ernest and Young en la categoría de Impacto Social. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(Expansión) — Mucho se ha hablado las tendencias negativas de la tecnología, desde los peligros físicos por usar aparatos móviles hasta la desconexión entre las personas. Sin embargo, la tecnología ha demostrado ser un puente entre personas que viven en extremos opuestos del mundo, y ser una herramienta para la innovación y la inclusión.
Definitivamente, la tecnología como acelerador del desarrollo humano no es un fenómeno de los últimos años: la invención de la rueda fue un avance tecnológico que cambió a la humanidad por completo. O Antonio Meucci, en medio del siglo XIX, revolucionó la forma en la que nos comunicamos con un invento que, además de innovador, es la base de las telecomunicaciones actuales: el teléfono.
Y no fueron ellos, los inventores, quienes vieron el potencial de sus creaciones, sino una suma de mentes decididas a encontrar una mejor solución a alguna labor, una forma más sencilla de hacer las cosas; generaciones de mentes dispuestas a crear formas nuevas de hacer las cosas.
Hoy, la innovación está presente también en la educación, un sector que ha permanecido estático por siglos. Y no hablamos solo de conferencias a través de un motor de reproducción de videos, sino la posibilidad de acceder a clases semipresenciales, con profesores que ponen atención a los estudiantes digitales, que señalan áreas de oportunidad, y ayudan a que una persona comprenda mejor un tema.
La tecnología, sin duda, humaniza a las personas. Por eso hoy la educación continua y los programas de capacitación digitales y semipresenciales están en aumento. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en su último censo había 11,088 instituciones ofreciendo capacitación no tradicional, desde educación para ejecutivos, hasta profesores particulares.
Educación on demand
La tendencia hoy habla de la personalización, desde el café matutino con tu nombre hasta los motores de Big Data y data mining que hoy ofrecen una enorme cantidad de información sobre el comportamiento de cada persona. Por supuesto, los profesionales en el proceso enseñanza-aprendizaje no se podían quedar atrás; están utilizando esta herramienta para ofrecer conocimiento de mayor calidad, y en el formato más adecuado para cada estudiante.
Un algoritmo que entiende la forma de aprender de cada usuario y ofrece alternativas para que éste tenga un mejor aprovechamiento puede revolucionar la educación. Por eso hoy es tan importante que los jóvenes volteen a ver a las nuevas carreras que surgen y que serán el futuro de la humanidad.
La tecnología permite que hoy, cualquier persona, sin importar su educación previa, tenga acceso al programa académico que requiera, con el enfoque exacto de sus necesidades. Ese es uno de los grandes beneficios de la tecnología: incluso en zonas poco urbanizadas, y a través de dispositivos sencillos, hombres, mujeres y niños se capacitan en habilidades indispensables para la sociedad actual, a un costo muy razonable.
nullY qué decir de la capacitación laboral: de acuerdo al estudio “2015 Global Human Capital Trends” de Deloitte, el 85% de las personas considera que es importante continuar con su educación aun después de salir de la escuela; herramientas como las antes mencionadas permiten a organizaciones de todos los tamaños ofrecer dicha prestación.
Estos son clientes potenciales de la tecnología educativa: consumidores que buscan el conocimiento. Y ya está aquí la generación centennial, caracterizada por ser la que mejor educada estará, gracias a las herramientas digitales que ya tiene a su alcance, desde tutoriales de YouTube que ayudan a desarrollar conocimiento básico, hasta programas digitales a la medida.
Dejemos atrás la idea de que la tecnología es peligrosa y que, como en la película Terminator, las máquinas nos van a conquistar. Mejor investiguemos cómo la tecnología nos vuelve más humanos al desarrollar prótesis de brazos para amputados, pruebas genéticas para determinar una enfermedad y tratarla, modelos de negocio que fomenten el crecimiento de la agricultura.
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