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Respuesta:
Sangre y sistema circulatorio: con la luz del sol, mejora la calidad de la sangre, aumentando el número de glóbulos rojos y, por tanto, su capacidad para el transporte del oxígeno a todas las células del organismo.
Explicación:
Respuesta:
Se trata de una serie de cambios fisiológicos que se presentan en un día al mismo ritmo que la luz natural cambia de temperatura y posición. Es decir, las plantas, animales, seres humanos y otros organismos vivos, compartimos algunas funciones dentro de nuestros sistemas que funcionan gracias a la luz.
Específicamente, el ritmo circadiano de los humanos comienza con las primeras horas del día, al salir el sol. Los primeros rayos de luz activan nuestro organismo y despertamos. Conforme la posición del sol comienza a subir y la temperatura de la luz se torna más fría, nos encontramos más activos, alertas y productivos. Hacia el final del día, el sol comienza a bajar y los rayos de luz se vuelven mucho más tenues y nuevamente cálidos, es cuando las revoluciones comienzan a bajar y nuestro cuerpo se prepara para el descanso.
Con la aparición de las fuentes de luz artificial, este ritmo comenzó a modificarse, pues ya no solo la luz del sol nos influía, sino también el fuego, las velas y, más tarde, la luz eléctrica, alargando las horas de actividad y disminuyendo las de descanso.
Actualmente, la exposición contínua que tenemos a pantallas eléctricas y la movilidad nos han enfrentado a problemas como jetlag y alteración del sueño, que aunque son los que mayormente identificamos, no son los únicos. La alteración del ritmo circadiano también se relaciona con problemas de salud como estrés, insomnio crónico, jaquecas, cansancio visual, sequedad ocular, depresión, sobrepeso y diabetes.
Hoy, más que nunca, se encuentran en el mercado un sinfín de soluciones de iluminación que ofrecen las alternativas adecuadas para que la luz no afecte el ritmo circadiano de los usuarios. Sin embargo, un equipo o aplicación no hará la diferencia si antes no aprendemos a mejorar nuestros hábitos a la hora de usar pantallas electrónicas.
Las principales recomendaciones son:
Disminuir el tiempo de exposición a pantallas electrónicas durante el día.
Evitar el uso de pantallas electrónicas al menos dos horas antes de dormir.
Si la mayoría de nuestras actividades se realizan en espacios cerrados, se recomienda la implementación de sistemas de iluminación inteligente que simulen el ritmo y temperatura de la luz natural.
En la medida de lo posible, dormir en total oscuridad.
Explicación: