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Respuesta:
NO COMETERAS ACTOS IMPUROS.
68,1. Hay dos actitudes erróneas hacia el sexo. Las dos bastante comunes. Una es la del moderno hedonista, de aquel cuya máxima aspiración es la vida del placer. El hedonista ve la capacidad sexual como una posesión personal, de la que no hay que rendir cuentas nadie.
Para él (o ella), el propósito de los órganos genitales es su personal satisfacción y su gratificación física, y nada más.
Esta actitud es la del soltero calavera o de la soltera de fácil "ligue" que tienen amoríos, pero jamás amor. Es también una actitud que se encuentra con facilidad entre las parejas separadas o divorciadas, siempre en busca de nuevos mundos de placer que conquistar.
La otra actitud errónea es la del pacato, que piensa que todo lo sexual es bajo y feo, un mal necesario con que la raza humana está manchada.
La postura intermedia es la acertada: el sexo no es malo, pues lo ha hecho Dios; pero hay que usarlo según la ley de Dios.
En el sexto mandamiento se nos pide que seamos puros y castos en palabras y obras; y tratemos con respeto todo lo relacionado con la sexualidad. Usamos la palabra sexualidad en su sentido corriente, aunque de suyo es más extensa que "genitalidad"
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