Doy puntos corona y gracias
e- en 1862 - 1868 Por qué resultaban necesarios para el desarrollo económico y social de la época?
Respuestas
Las revoluciones burguesas de los siglos xvii a xix, son llamadas así porque fue la burguesía (clase social económicamente próspera integrada por comerciantes, artesanos y profesionistas liberales) la que definió el espíritu de dichos procesos revolucionarios, y son importantes en la historia económica porque con su triunfo se crearon las nuevas instituciones de la sociedad que resultaron propicias para el desarrollo del modo de producción capitalista en sustitución del orden social y modo de producción feudal.
En el caso concreto de Europa, los procesos revolucionarios de carácter burgués se inician en Inglaterra en 1642, y tuvieron un gran auge entre 18I5 y 1848 con los cuales se consolidó el poder económico y político de la burguesía en buena parte del continente durante el siglo xix1 El espíritu de las revoluciones burguesas se extendió a las colonias inglesas en Norteamérica, Francia y América Latina, lugares donde se consolidó un nuevo orden social que resultó propicio para el ulterior desarrollo del capitalismo.
La revolución inglesa del siglo xvii (1642-1689) significó el triunfo de la propiedad burguesa sobre la propiedad feudal, de la competencia sobre la estructura artesanal, del derecho burgués sobre los privilegios medievales, y fue una herencia ideológica para otros movimientos revolucionarios de tipo burgués contrarios al moribundo Medievo y el absolutismo.2 Hay que precisar que la burguesía inglesa era una clase social muy heterogénea, cuya masa fundamental la integraban comerciantes de medio pelo, la capa superior de los maestros artesanos, y empresarios de tipo no gremial organizadores de manufacturas e iniciadores de empresas coloniales. También integraba la burguesía mercaderes adinerados que se habían enriquecido por la protección del comercio interno (mercantilismo) y que estaban estrechamente ligados con la Corona en calidad de rentistas y financistas. Finalmente, una parte de la aristocracia feudal también estaba ligada con la burguesía en calidad de acreedores y participantes de las privilegiadas compañías mercantiles.3
La burguesía y la nueva nobleza (nobles de categoría inferior y personas que habían comprado algún título de nobleza) compartían un interés en común: querían convertir todas sus crecientes posesiones de tierra en propiedad libre de tipo burgués, libre de todas las trabas feudales. A esta pretensión se oponía el régimen absolutista que imponía el sistema de control feudal sobre la propiedad de la tierra, y los derechos feudales (renta feudal) que recibía la Corona sobre sus tierras (que era de lo que vivía la vieja nobleza).4 Este es el origen económico del conflicto entre, por un lado, la burguesía y la nueva nobleza, y por el otro, los terratenientes feudales y los maestros artesanos, que desembocó en el enfrentamiento entre el Parlamento y la Corona que llevaría a la guerra civil.
La mayor parte de la población del país eran pequeños artesanos en la ciudad, campesinos en la aldea y algunos trabajadores asalariados de la ciudad y del campo, pero sus intereses no estaban representados ni en el parlamento ni en la administración local, por lo que este descontento fue aprovechado por la nueva nobleza y la burguesía para derrocar el viejo orden.5
En las colonias inglesas en Norteamérica, la causa principal de la revolución de independencia de 1776 consistió en la confluencia de dos tipos de desarrollo que se excluían mutuamente: la creciente autonomía económica y política de la sociedad colonial y la política colonial imperialista que se implantó a partir de 1763.6
La lucha por la autodeterminación respecto a la Corona inglesa fue la decisión de una amplia y próspera clase media nativa para defender el libre desarrollo ulterior de su prosperidad, y para no someterse por más tiempo a los intereses económicos de la metrópoli.7 Fue el primer acto de defensa de las posibilidades de desarrollo de una nueva economía nacional, en la que si bien las diferencias en la distribución y la jerarquía social existían, no eran tan crasas como en Europa y había una amplia clase media que, tanto en las ciudades como en el campo, participaba de un bienestar en aumento.8
En Francia, la revolución de 1789 hizo posible la implantación de un estado moderno que respondía a los intereses y a las exigencias de la burguesía, y proclamó sin ninguna restricción la libertad de empresa y de beneficios, despejando así el camino hacia el capitalismo. La burguesía revolucionaria logró destruir el viejo orden aliándose con las masas rurales y urbanas a las que hubo que dar satisfacción a través de la democracia, de modo que el instrumento de cambio fue la dictadura jacobina de la pequeña y mediana burguesía apoyada en las masas populares.9