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En el siglo pasado tenemos varios antecedentes, como cuando enEstados Unidos una mujer negra de 42 años, llamada Rosa Parks, se negó a ceder su asiento en el autobús a una persona blanca, siendo detenida por desorden ciudadano y comenzando así un movimiento ciudadano para igualar los derechos de las personas, con independencia del color de su piel, que continuó Martin Luther King.
Otro ejemplo es el movimiento hippie en contra de la guerra de Vietnam, o ellevantamiento global estudiantil del 68 (Francia, España, México, Chile,…), la revolución de los claveles en Portugal… Movimientos sociales que se caracterizan por la lucha y defensa de nuestros derechos como seres humanos y de lo que nos hace diferentes y diversos.
Pero fue a finales de los 80, mientras el mundo seguía dividido en dos bloques (Estados Unidos y aliados contra el bloque de la antigua URSS), cuando se produce la caída del muro de Berlín en 1989 y sirve como detonante para evidenciar a una sociedad formada por personas aburridas, sin motivación. A los jóvenes les importaba poco que pasara en su país. Si podían conseguir una vivienda, un coche y un trabajo insulso sin ningún esfuerzo, para que preocuparse.
Fue entonces cuando se encendió la alarma en el resto de Europa. ¿Y si a nosotros nos pasa lo mismo? ¿Y si nuestra ciudadanía se vuelve pasiva, deja de preocuparse por la sociedad y su futuro?
En este contexto aparece el concepto de Ciudadanía Activa definido como la implicación de los ciudadanos en todos los aspectos de la sociedad mediante la toma de elecciones y decisiones, teniendo voz en como sus países son gobernados y actuando tanto ellos mismos como junto con otras personas para contribuir en sus comunidades, es decir, un revulsivo frente a la ciudadanía pasiva, esa que no se implica en los movimientos sociales ni lucha frente a las injusticias.
Y de estos movimientos de ciudadanía, en los últimos años, debido a un sistema corrupto cuyo objetivo es la opresión popular y la vulneración de derechos en pro de el beneficio económico, surgen, en España, las denominadas Mareas.
Este primer mes del año 2014 ha traído un gran triunfo para una de estas mareas ciudadanas: LA MAREA BLANCA. Pero pongámonos en antecedentes:
Su estrategia: el gobierno de la Comunidad de Madrid había trazado una estrategia de privatización de nuestra salud. Un proyecto de venta de nuestro derecho como personas bajo el amparo de la sostenibilidad de un sistema deficitario, y con la clara intención de hacer mercado de uno de nuestros derechos más esenciales.
Su plan: privatizar seis hospitales madrileños y veintisiete centros de salud construidos con fondos públicos, implantar un copago farmacéutico con el euro por receta, debilitar la infraestructura y el personal de los centros públicos e ir desmantelando servicios funcionales sin motivo, como La Princesa, el Hospital Carlos III…
La Comunidad de Madrid comenzaba a dar un paso más para el cambio del sistema sanitario, con el amparo a nivel nacional de legislaciones como el Real Decreto 16/2012, del Ministerio de Sanidad, que impide el acceso sanitario a parte de la población a la sanidad pública y la convierte, para esas personas, en un privilegio por encima de su derecho.
Pero algo se fue creando: la sociedad civil y la marea blanca de trabajadores y usuarios de la sanidad pública no cesaron a la apisonadora que les venía encima y fueron capaces de defender lo suyo, lo de todos, con uñas y dientes. Ahí salimos a las calles, nos manifestamos, encerramos, recogimos firmas, etc., en definitiva, movilizamos a la ciudadanía para informarles de la realidad de un desmantelamiento, por abuso de poder, de un bien que es de todos y, en consecuencia, para todos.
Esa marea blanca, ejemplo de ciudadanía activa ha conseguido frenar todos esos intentos por parte de nuestro gobierno regional, en un golpe rocambolesco de incoherencia: el pueblo se defiende y gana judicialmente a la administración a la que paga para trabajar por ellos.
¿Cuándo hemos permitido crear un sistema administrativo que represente tan poco la opinión de sus representados y obstaculice y viole sus derechos?
Algunas de las acciones que vamos a desarrollar en líneas de incidencia política y campañas de sensibilización durante 2014 son:
Pero todavía no somos suficientes, aunque muchos nos seguís de cerca y, por eso, os iremos informando de todas las acciones que haremos y lideraremos. ¡Queremos contar con vosotros y que participéis en ellas!
La sanidad, al igual que muchos otros derechos que son nuestros, no se vende, ni se menosprecia con leyes y normativas. Se defiende. Gracias a todos esos héroes anónimos que han dejado su piel en la batalla por nuestros derechos.
Explicación: