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Pasaron dos semanas y volvió a suceder. Estoy desesperado. Eso se mueve con rapidez de un lado a otro. No me deja tranquilo. Hace dos semanas la corretee por toda la sala. Quería saber qué era. Pero sólo me quedaron vidrios rotos por toda la alfombra. Desapareció de repente. Pasé una semana sin dormir. Con constancia pensaba en ese algo que había brotado del suelo de mi casa y se movía con fluidez. Pero logré calmarme. Pacte con mi angustia el poder dormir. Que descansáramos juntos, mi angustia y yo, y al nuevo día volver a preocuparnos de eso. ¡Eso extraño! Y hoy, después de dos semanas de pensar cientos de estrategias apareció de nuevo, sin darme tiempo siquiera al asombro. Y empezó a moverse con la misma velocidad de hace dos semanas de un lado para otro. No quiero dejarlo desaparecer. Ese pequeño montículo de veintitrés centímetros de altura y con pliegues a sus costados, me insulta con su rapidez e inteligencia para evadir mis golpes, a veces llenos de furia, a veces llenos de temor. Pero ahí está, girando a la derecha y dejando un jarrón antiquísimo en pedazos, la mesa que sostiene la lámpara es ese último obstáculo que le queda antes de llegar a mí, levanto entonces la silla con fuerza, la elevo tan alto como puedo para descargarla con todo mi poderío sobre eso extraño que se mueve bajo mi alfombra, una gota de sudor que baja serpenteando por mi frente me incomoda y mis gafas se resbalan un poco, no puedo acomodarlas. Aquí está, el momento, el momento y… hace once años que nadie me visita. Me gasto mis días en limpiar una casa que nadie ve. Hace once años que Estela murió; y yo también. Entonces ¿porqué matar ese algo que mi visita, de vez en vez, y me cambia la rutina? Hoja, no me preguntes qué es. No me importa, es un algo que se acuerda de mí.
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DEBAJO DE LA ALFOMBRA
AUTOR: Gino Loor.
Había una vez un niño llamado Gino el cual vivía en una casa muy elegante, con una familia elegante y un mayordomo elegante, un día los dos comenzaron a buscar cosas en lugares de la casa, a Gino se le ocurrió decirle al mayordomo que vayamos a ver en la cocina, que estaba cerca de la sala, donde había una alfombra muy bonita hecha de pieles, pero lo que no sabía Gino y su mayordomo era que esa alfombra había sido hecha por un mago muy conocido, pero esperen... NO ERA BUENO era el Mago Merlín el gran Mago que hizo polvo al rey del reino pelusa, Gino y su mayordomo al caminar arriba de la alfombra CAYERON ! el mayordomo cogió a Gino y lo abrazó con fuerza, fue entonces donde el mayordomo se dio un golpe duro y se desmayó, el niño quedó ileso gracias al mayordomo... el niño al dar la vuelta se encontró con un túnel, un poco solitario, entonces vio un palo un poco raro, con forma de una bola mágica, y continuamente vio a EL MAGO MERLÍN el cual no o vio pero... escucho un ruido y se fue acercando... CONTINUARA
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