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Respuesta:
1. Definir los objetivos: Debemos empezar por fijar los objetivos adecuados para orientar nuestro entrenamiento hacia ellos. Es necesario establecer unos objetivos principales y secundarios competitivos, pero no debemos olvidar que existen otros objetivos complementarios:
Físicos
Técnicos
Psicológicos
Procedimentales
Actitudinales
2. Análisis de las demandas de la prueba: Como expliqué en este post, hay que realizar un exhaustivo análisis de las exigencias de la competición desde las diversas perspectivas:
Demandas energéticas
Capacidades físicas
Modelo técnico
Reglamento
Condiciones ambientales
Particularidades de la prueba (pefil, superficie, etc.)
Nivel
Rivales
3. Análisis de las características del atleta: El análisis integral del atleta es fundamental como vimos en estos dos post anteriores (antes de empezar I y Antes de empezar II). Esto marca el punto de partida y supone la materia prima que debemos transformar hasta llevarla a la capacitación para poder cumplir con los objetivos establecidos. El análisis tendrá en cuenta:
Historial deportivo
Historial médico
Motivaciones y aspiraciones deportivas
Entorno, estilo de vida, actividades paralelas al entrenamiento
Fortalezas y debilidades en el plano físico/técnico
Fortalezas y debilidades en el plano psicológico
4. Períodos de entrenamiento: Una vez tenemos los objetivos y el punto de partida, disponemos de un periodo de tiempo en el cual tenemos que distribuir los contenidos que vamos a entrenar. Como menciona el autor citado anteriormente (V. Gambetta) y tal y como apuntan las actuales corrientes del entrenamiento, hay que entrenar todo durante todo el tiempo. Debemos ordenar y definir en cada periodo el énfasis mayor o menor en una u otras capacidades, y la forma (tanto volumen, intensidad y especificidad) en la que las vamos a trabajar. Según Fernando Navarro, podemos establecer estos 3 niveles de entrenamiento, Básico, Específico y Competitivo. De esta manera una forma simple y útil de planificar es establecer tres periodos cuyos objetivos principales sean:
Periodo Básico: Ampliar y desarrollar los aspectos fundamentales de la preparación del deportista y crear una sólida base de preparación que facilite el entrenamiento de niveles superiores.
Periodo Específico: Abarca el desarrollo de las capacidades específicas del deportista, con el fin de transferir el potencial básico adquirido a las condiciones específicas del rendimiento.
Periodo Competitivo: Pretende el desarrollo de las condiciones competitivas de la especialidad e integrar el desarrollo de las capacidades específicas en el rendimiento competitivo.
Ojo, tal y como se representa en el gráfico, el énfasis en un tipo de contenidos no excluye al resto, sino que prioriza sobre unos u otros. El arte del entrenamiento está en la distribución adecuada en función del deporte y el deportista.
5. Evaluaciones: La evaluación del entrenamiento es fundamental para comprobar el correcto desarrollo del programa y para realizar los posteriores ajuste que resulten pertinentes. De entre las formas de evaluar el rendimiento del atleta, considero tres las fundamentales:
La competición: Es la forma de evaluar más directa y específica. Mediante las competiciones secundarias podemos evaluar con la mayor precisión el estado del atleta, sus carencias y sus fortalezas a través de parámetros objetivos como tiempos y distintas mediciones, imágenes o las propias sensaciones del deportista.
Explicación: