Respuestas
Respuesta:
El gran desafío lo tienen la política y los gobiernos, que serán los primeros afectados por aquellas innovaciones disruptivas para las que las regulaciones no están preparadas.
Enfrentamos desafíos como los altos costos logísticos para sacar nuestros productos, mientras Google o Uber ya están en fases de prueba con sus camiones autónomos, donde parece que -en tramos largos- su ventaja competitiva es indiscutible, dejando al ser humano aportar su valor en la última milla, algo similar a los aviones que navegan en crucero con piloto automático y despegan y aterrizan manualmente.
Las tecnologías exponenciales van a impactar inexorablemente en nuestro trabajo, en la empresa y en su modelo de negocios, y en la economía, con la aparición de la economía colaborativa o de pares, en la que Uber es solo la parte visible del iceberg. Nuestro progreso depende de que empecemos a mirar el mediano plazo, antes de que la digitalización arrase con nuestra economía actual, con valores y prácticas más cercanas al siglo XX que a un siglo XXI caracterizado por organizaciones más pequeñas, especializadas y ágiles en las que las jerarquías son cosa del pasado.
Explicación: