• Asignatura: Derecho
  • Autor: javimanriquez16
  • hace 6 años

hola jeje necesito ayuda me mandaron hacer un trabajo de como una tesis alguien me ayude para la pro-vida porfavor me dieron ese material

Respuestas

Respuesta dada por: chikiloren62
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Respuesta:

Esta tesis son un intento de pensar en la dirección opuesta y entrar de nuevo en la deconstrucción de los distintos epistemología 'pro -vida'

Explicación:

Las siguientes reflexiones son producto de algunas observaciones realizadas en un foro sobre la “Ley de interrupción del embarazo” que se está discutiendo en Chile y sobre similares argumentos que se dan en otros lugares entre quienes se oponen a reconocer los derechos reproductivos de las mujeres.

Me refiero, en concreto, a la negativa de entrar a discutir los llamados argumentos “a favor de la vida” que generalmente sirven para oponerse a la despenalización del aborto en todos o en algunos de sus supuestos. Frente a la idea de que la vida comienza con la fecundación o con la gestación, quienes defendemos los derechos reproductivos de las mujeres tendemos bien a mirar para otro lado bien a esgrimir argumentos de tipo social (i.e. la penalización del aborto perjudica sobre todo a las mujeres pobres). Estas tesis son un intento de pensar en la dirección opuesta y entrar de lleno en la deconstrucción de los sustentos epistemológicos “pro-vida”, son asedios teóricos y filosóficos que en modo alguno pretender cerrar la discusión o agotar todas sus posibles aristas.

1. Lo contrario de pro-vida no es pro-muerte.

El término “pro-vida” introduce en el debate una antinomia falsa que sitúa el debate en un dilema ético y moral falso: ni las personas que están a favor del aborto son pro-muerte –por más que las etiqueten de “asesinas”—ni las personas que están en contra del aborto son pro-vida. El término vida no es ni ahistórico ni neutro. La obra de Michel Foucault, Giorgio Agamben o Roberto Esposito ha mostrado convincentemente que en la modernidad colonial el objetivo de la dominación se centra sobre toda una serie de tecnologías que tienen por objeto producir, administrar y dominar la vida. Esto implica, por un lado, que la “defensa de la vida” no es natural como se pretende, sino que está inscrita, por un lado, en una racionalidad epistemólogica que la hace legible al margen de la historia y, por otro, la sujeta a un poder que se articula cada vez más como biopoder: poder de producir vida (biopolítica) y su reverso, la muerte (tanatopolítica). La cruzada por la vida así, como objeto arrojadizo, aparece como un tótem que oculta otros crímenes inconfesables, acaso más truculentos. Por eso, lo contrario de ser pro- vida no es ser pro-muerte sino estar dispuesto desnaturalizar la naturalidad con que se invoca la vida como un valor moral en sí mismo.

2. La defensa absoluta de la vida nos condenaría a muerte por inanición.

Los defensores de la vida generalmente centran su defensa en el hecho de que la fecundación y la gestación ya presuponen una vida, un “otro” al que no se puede privar ni de la vida ni de sus inalienables derechos. Pero más allá de discutir si la vida empieza a las 2 o las 4 semanas de la fecundación, la pregunta que tenemos que hacernos es de qué tipo de vida estamos hablando cuando nos referimos a un embrión o a un óvulo fecundado. ¿Se trata de la vida como hecho biológico, como mínimo común denominador del sujeto humano? Aristóteles, en este sentido, distinguía entre “Zoe” la vida como dato biológico y “bios” la vida en su sentido político. Los detractores del aborto, en general, reducen la vida a su sentido animal biológico, convierten al ser humano a una bestia muriente, sin ninguna capacidad afirmativa, deseante o de autopoiesis. Sea como fuere, de aceptar está definición de la vida como mero dato biológico es bien poco lo que podemos afirmar, puesto que esa “Zoe” haría indistinguible al ser humano de cualquier otra especie animal o vegetal. Llevado a hasta sus últimas consecuencias, “el respeto absoluto por la vida”, en su sentido biológico, nos llevaría a conclusiones absurdas. Si toda vida (“Zoe”) es sagrada sólo podríamos comer piedras. Incluso teniendo en cuenta que la frontera entre el hombre y el animal es difusa y filosóficamente complicada, la autopreservación exige de algún corte entre los atributos de la especie humana –el deseo, el lenguaje, la conciencia, etc.”—y las otras formas de vida, sin que de ello se deduzca –como afirman ecologistas y animalistas—el derecho a la destrucción infinita de ecosistemas y otras formas de vida no humanas.


javimanriquez16: graciass <3 gracias a tu tesis me saque un 7
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